lunes, 26 de enero de 2015

PERICLES VUELVE A ATENAS

 
            El clamoroso triunfo de la coalición del partido de izquierda radical Syriza en las elecciones griegas celebradas ayer, liderado por Alexis  Sipras, nos ofrece un abanico de lecturas, al margen de las ideologías: en primer lugar, la ofrecida por quien ha de ser el nuevo presidente, que ha definido su victoria como "el abandono de la austeridad después de cinco años de humillación", "la austeridad que arruina nuestro futuro"; el pase a la oposición del partido del hasta ahora primer ministro, Andonis Samaras, de Nueva Democracia, relegado al segundo puesto, a casi diez puntos, a pesar de los apoyos occidentales para su continuidad; la irrupción de la extrema derecha de Amanecer Dorado, con el 6 por ciento de los votos; el hundimiento del Pasok, del ex primer ministro Papandreu, con el 4 por ciento, por detrás de los comunistas. Por primera vez en cuarenta años, el partido conservador de Samaras y el socialista de la saga de los Papandreu, no estarán en el gobierno griego desde la caída del dictador Ioannis Metaxás en 1941.
 
            Ha ocurrido lo que tenía que ocurrir: que la crisis ha alterado la política griega --esperemos que no lo haga en la Eurozona, y que Grecia respete los compromisos asumidos con Europa--, hartos de una crisis auspiciada por los partidos tradicionales, a espaldas del pueblo, una lección que los ciudadanos dan en la cuna de la democracia a quienes no contaren con ellos y gobernaren a sus espaldas para hundir a su país en la miseria...
             Parece que la historia se repite, aunque parezca volver a la capital griega el gran estratega de la democracia occidental, Pericles (495-429 a. d. C.), líder indiscutible de Atenas durante quince años, que lograre el reconocimiento de la mayoría de los atenienses por su elocuencia, sagacidad, honradez y patriotismo y que logró la participación de los ciudadanos en el gobierno, aunque al final fuere destituido de su cargo, juzgado y multado por malversación de fondos públicos, no obstante ser reelegido estratega en el 429 a. d. C. Parece repetirse la acusación de Pericles contra Cimón, el líder de la facción conservadora en el 463 a. d. C., a quien el estratega griego acusó de negligencia en la defensa de los intereses griegos en Atenas. En el 461, Pericles logró eliminar a su gran oponente mediante el ostracismo y continuó su política populista con gran carga social: permitió a los pobres ver las obras de teatro sin pasar por taquilla; redujo los requisitos de propiedad para formar parte del arcontado (forma de gobierno que en Atenas sustituyó a la monarquía, dirigida por los arcontes) y pagó generosamente a los ciudadanos que sirviesen como jurados en la Heliea, corte suprema de Atenas. Uno de los más importantes historiadores griegos, Paparrigopoulos, sostiene que, aunque los críticos de Pericles le veían como el principal responsable de la degeneración democrática, él buscaba la estabilización y expansión de las instituciones.
            Ioannnis Metaxás (Ítaca, 1871; Atenas, 1941) fue un general y político griego que, en agosto de 1936, estableció en Grecia una dictadura de carácter fascista, que perduró hasta 1941, en que los alemanes invadieron Grecia.
            El 21 de abril de 1967,  Georgios Papadopoulos estableció en Grecia un periodo dictatorial, que concluyó el 24 de julio de 1974, con la proclamación de la III República Helénica y la caída de la Corona encarnada por Constantino II de Grecia (Atenas, 1940), que reinó bajo la dictadura de los coroneles entre 1964 y 1973, y exiliado de su país desde 1973 --aunque volvió en 2013--, en que el gobierno militar griego le depuso tras el referéndum que estableció la república en 1974, lo que supuso el fin de la monarquía en Grecia, pese a que el rey no haya renunciado a sus derechos dinásticos.
 
            Junto a esas lecciones históricas, de las que parece que nada hemos aprendido, el pueblo heleno se ha rebelado, no sin razón, contra quienes le invitaban a vender sus islas y el Partenón, gloria de la democracia ateniense de Pericles, para pagar sus deudas por los rescates de la UE, alentados por alemanes y británicos, que el pueblo heleno consideró indigno. El resultado está ahí y ya veremos sus consecuencias.
            No obstante, sería inútil para Grecia y gravoso para la Eurozona, que el país heleno no hiciese frente a sus compromisos o, como quieren algunos, su salida del euro, de no hacerlo. Sin embargo, no podemos olvidar que Grecia, además de cuna de la democracia, ha aportado a Occidente la filosofía de Sócrates, Platón y Zenón; las Matemáticas (teorema de Pitágoras), la Física y la Medicina (juramento hipocrático), con Aristóteles, Pitágoras, Arquímedes, Hipócrates y Herodoto, padre de la historiografía; la arquitectura y el arte, con figuras como Jenofonte, Sófocles, Eurípides y Aristófanes; la literatura, escultura y cerámica; la astronomía (fueron los primeros en estudiar las estrellas y nombrar las constelaciones); la Geografía, con el cálculo de la circunferencia de la tierra; y los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, sede de los XXVIII Juegos Olímpicos de 2004, tras perder los del centenario ante la ciudad estadounidense de Atlanta en 1996. Ahí comenzó el declive económico, con los estadios y sedes ya abandonados... Grecia no estaba preparada para afrontarlos. ¿Estamos preparados nosotros para quienes siguen viendo la luz en lugar de decepción; ilusión en vez de descrédito; el fin de la crisis sin observar el aumento del paro...? Aprendamos de la historia de Grecia y de la propia y no nos miremos tanto al ombligo porque tropezaremos en la misma piedra..., a no ser que queramos ver, como hoy en Grecia, el resurgir del partido de los descontentos o, quizás, un nuevo amanecer...
 
 

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