domingo, 22 de marzo de 2015

LAS LISTAS DE GUILLERMO A LA ASAMBLEA

 
           Tras leer detenidamente las listas de Guillermo (PSOE) a la Asamblea, me ratifico en lo que he venido manteniendo: Vara conoce, y sabe, más de los muertos por profesión (médico forense) que de los vivos por vocación política. Los muertos no le dan problemas; pero los vivos, todos. Y más aún, tras el 24 de mayo. No desearía que perdiera por Extremadura; pero se lo pone a huevo al PP y a los emergentes. Tuvo su oportunidad y la perdió, porque a los muertos los disecciona y les conoce; pero a los vivos ni les escucha ni les hace caso alguno y, así, ni les reconoce ni conoce. Y entonces viene lo que viene y lo que ha de venir: tendrá que irse con los muertos si pierde, porque los vivos los perderá para siempre, gane unos pocos o pierda la mayoría, él que tuvo la más elevada mayoría en 2007: 38 diputados, de la que presumió cuanto pudo y le dejaron. Ahora ya no es tiempo para presumir, sino para ganar; pero con el cesto que ha elaborado, no llegará usted muy lejos. ¡Con lo santo que es y no sabe ni contesta...!, y ahora viene con las listas cremallera; pero, ¿en eso reside la igualdad que pregona? En modo alguno, aunque por algo haya que empezar.  Y, además, presume de renovación: el 90 por ciento de las listas por las dos circunscripciones: el 97 por ciento en Cáceres y el 75 por ciento en Badajoz. ¡Pues qué bien! Como siempre --y aquí no falla nadie-- primero, Badajoz, porque es más grande en extensión y habitantes; después, Cáceres. Hasta en eso hay clases, como ha ratificado el PP de Monago.
            Ayer por la mañana saqué la lista de los diputados del PSOE en la Asamblea e hice mis cábalas, a la espera. Por orden alfabético --supuse-- deben salir: Francisco Torres Gil, el agricultor de Miajadas que perdió su pueblo, en el que el PSOE ganó toda la vida, pero que llevaba seis legislaturas (24 años) y, además, era el coordinador del Grupo Parlamentario Socialista. Hasta eso hurtaba en la web de la Cámara el muy listo: tuve que buscar los diputados de todas las legislaturas para saber cuántas llevaba. Se presentaba a sí mismo: "¡Hola a todos y a todas! (la estúpida feminización de los socialistas: "compañeras y compañeros", cuando no hubieren compañerismo alguno)... Llevo varios años como diputado en la Asamblea...!" (¿Cómo que varios?: ¡y tantos: 24 del ala...!). Sigo por orden alfabético y antigüedad en el sillón:  Luciano Fernández Gómez: cinco legislaturas, veinte años; Juan Ramón Ferreira Díaz, cuatro legislaturas, dieciséis años, aunque cause baja por la enfermedad que padece, y a quien deseo pronta recuperación; Juan Manuel Hernández Sánchez, cinco legislaturas, veinte años; Francisco Macías Martín, diputado durante las ocho legislaturas (32 años) y repite por la circunscripción de Badajoz (ahí fallé); Alejo Salas Alonso, cinco legislaturas y veinte años, aunque este ya anunció su retirada para jubilarse en su profesión de maestro...
            Al alejarse de su maestro y mentor, Rodríguez Ibarra, Fernández Vara ha perdido el sentido de la orientación: la ha liado en Plasencia y en Cáceres, dos plazas que perderá y, con ellas, de nuevo la Diputación. No tiene Vara un cuaderno azul, como Aznar, en el que anote más que perfiles, a los que después pone nombres, según decía, las vicisitudes todas de los hombres y mujeres de los que se rodea. En esto sigue la senda de Zapatero, de quien en Bruselas se hacían cruces por las ministras que elegía, a las que ni siquiera conociere, como Bibiana Aido --la ministra de Igualdad más conocida por soltar en el Congreso el palabro "miembra" que por su gestión--, a quien colocare en Naciones Unidas, tras pagar casi cien millones de euros a ONU-Mujeres, el organismo que dirigía entonces Michelle Bachelet, actual presidenta de Chile. Y de Bibi, nunca más se supo. Eso mismo hizo Guillermo al elegir como consejera de Igualdad y Empleo a Pilar Lucio --la que se quedaba en su casa de Plasencia para atender a sus pequeñas-- y después colocarla de número dos al Congreso por Cáceres. ¡Y eso que no la conocía!
            ¿Qué novedades nos ofrece Guillermo en sus listas tan renovadas y de cremallera (proporcionalidad entre hombres y mujeres)? Que en la lista de Cáceres repitan tan solo Jorge Amado, ex secretario provincial de JJ SS y diputado en las dos últimas, y María Isabel Moreno Duque, la ex directora general de Administración Local, que solo sabe hablar por teléfono, --la última que llegaba a la Consejería y la primera que se marchaba, porque no tenía con quien dejar a su niño, enchufada por el "lechero" Tovar Mena, de la Mancomunidad Tajo-Salor, también en las dos últimas legislaturas..., y que no ha sido ni concejala, es de risa. Ahora no la ha colocado el "lechero", pero sí su "lecherito" amigo. Al menos, el primero trabaja; pero a la segunda, Vara la conoce tanto como Zapatero a Bibiana. Por lo demás, era de esperar que Miguel Ángel Morales, como secretario provincial del PSOE, fuera el primero por Cáceres. Saca también de la Oficina Provincial del partido en Cáceres al secretario de Organización, Eduardo Béjar, ambos pagados por la Diputación Provincial, el primero como portavoz y el segundo como asistente del Grupo Socialista. ¡Qué vergüenza e indignidad: pagados por el PP por la crisis que ellos mismos crearon...! Y, cómo no, a Blanca Martín, ahora colocada en la Oficina Provincial del partido, ex asesora suya en su legislatura como presidente. ¿Quién va a llevar ahora el Grupo Socialista en la Diputación y el partido en Cáceres? Y rescata a Eva María López, colocada por Ibarra en su fundación. Santos Jorna, alcalde de Arroyo de la Luz; Carlos Labrador, alcalde de Montehermoso, y el historiador Fernando Ayala, sí son buenos fichajes y se lo han ganado; pero hay otros que dejan mucho que desear... En la lista de Badajoz, aparte de los que repiten, aplaudo la inclusión del doctor Vergeles como número tres, el más eficiente trabajador de la ejecutiva regional en Sanidad, por único.
            Y encima se coaliga con Siex (Socialistas Independientes de Extremadura), cuyo líder, José Antonio Jiménez García, fue el primer vicepresidente con Ibarra. Otro ex vicepresidente dijo un día de él: "Tuvimos un problema y lo echamos"; pero Vara afirma que suma, como si no hubiera tenido bastante con los regionalistas que lo dejaron colgado hace dos años... Ya aprenderá.
 

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