El resultado de las
elecciones celebradas el domingo ha supuesto el esperado cambio político que se
preveía: el desplome del PP, aun siendo la fuerza más votada; la pérdida de
trece puntos de los dos partidos mayoritarios respecto a las elecciones de
2011, que pronosticaban el fin del bipartidismo; la posible pérdida de ciudades
y comunidades emblemáticas, como Madrid, Barcelona y Valencia, han supuesto un
cambio político signado por la pérdida hegemónica del PP, el avance socialista
y la consolidación de los partidos emergentes como nuevas fuerzas que han
venido a sustituir a UPyD, en clara desbandada, y a IU.
En Extremadura, el cambio se opera, en primer lugar, en la
Comunidad Autónoma, en la que el PSOE, con 30 diputados en la Asamblea, repite
el mismo de 2011, quedándose a tres diputados de la mayoría absoluta; el PP
pierde cuatro y se queda en 28; y entran Podemos con 6 y Ciudadanos, con 1
(menos de lo que se le suponía), al tiempo que desaparecen IU y los regionalistas.
Si en 2011, el PSOE perdió la gran mayoría de la que gozaba
por la crisis y la gestión de Zapatero,
lo mismo podría decirse en esta ocasión del resultado: Monago ha perdido por su arrogancia, soberbia y ocurrencias, además
de por sus mentiras y "monagadas", como la última de enseñar en los colegios
el hip-hop; y el PSOE gana por su
humildad y el trabajo bien hecho, en silencio. IU y los regionalistas pagan con
su derrota el apoyo de los primeros al PP y las alianzas rotas con unos y otros
en la pasada legislatura, además de por la irrupción de los emergentes. El
bipartidismo no se rompe por una notable diferencia sobre sus más directos
rivales (el ejemplo más nítido es Almendralejo, donde solo el PP y el PSOE se
reparten el poder); pero la política de pactos de los próximos días puede hacer
perder al PP gran parte de su poder territorial en comunidades y ciudades.
Es significativa la pérdida de las mayorías absolutas de
que gozaba en la región el PP en ciudades importantes: Mérida capital, Don
Benito, Olivenza, Navalmoral de la Mata o Zafra, donde los populares la pierden
en favor del PSOE, mientras que mantienen la mayoría en Cáceres y Badajoz, con
pérdida de la mayoría absoluta de la que gozaban (en la primera gana con 11 de
los 16 que tenía; y en la segunda gana por 13 de los 17 anteriores). En la
capital cacereña el PSOE logra 8, mucho más de lo que les daban las previsiones
más optimistas; y entra Ciudadanos, con 4, y CAC (Cáceres eres tú, en alianza
con Podemos), con 2. En Badajoz, el PSOE suma un nuevo concejal (9 frente a los
8 anteriores) y entran Recuperamos Badajoz, aliados de Podemos, con 3; y
Ciudadanos con 2. En Plasencia, el PP continúa con su mayoría absoluta (11),
aunque pierde dos concejales; y el PSOE suma 1 a los que tenía (7). En Don
Benito, el PSOE, liderado por el exconsejero José Luis Quintana, le arrebata la
Alcaldía al PP de Mariano Gallego tras veinte años, con 13 concejales por 8 del
PP; en Villanueva de la Serena, Miguel Ángel Gallardo amplía su mayoría con 15
concejales, dos más que en la anterior legislatura, frente a los 5 del PP. En
Almendralejo, solo obtienen representación el PP (13) y el PSOE (7). En
Olivenza, el PSOE recupera la mayoría, con 8 ediles frente a los 6 del PP. En
Navalmoral gana el PSOE, con 6 concejales, empatado con el PP, pero con el voto
muy fragmentado: nada menos que siete partidos en el hemiciclo, por lo que
serán necesarios los pactos. En Zafra, el PSOE, con 9, desbanca al PP, que se
queda con 6. En Trujillo y en Coria, el PP mantiene la mayoría absoluta, en la
primera ciudad con 8 y en la segunda con 10, mientras el PSOE se queda a medio
camino.
Monago ya dijo
esta madrugada que solicitará al comité de su partido la abstención para dejar
gobernar a la lista más votada, como venía predicando. Vara ha manifestado sus primeros propósitos: erradicar la
arrogancia; anteponer la ética pública frente a la estética; la decencia y la
humildad; acabar con la pobreza alimentaria y energética; que la cuna y la cuenta
corriente no marquen la vida de la gente; reunirse en breve con empresarios y
autónomos para delinear el futuro; y algo que ha venido repitiendo en la
campaña: que no acepta que haya dinero para rescatar a los bancos y no para las
personas. Álvaro Jaén saluda el "cambio que ha empezado"
(estábamos en Europa, ahora en la Asamblea y el siguiente objetivo será la
Moncloa), aunque no se siente satisfecho, porque salía para ganar. María Victoria Domínguez (Ciudadanos)
se sentía satisfecha con el diputado logrado en la Asamblea y con los 28
concejales en la provincia de Cáceres, y tres mayorías, una absoluta; además de
los siete en la provincia de Badajoz, dos de ellos en la capital de la
provincia.
El cambio ha empezado. Tendrá que desarrollarse en los próximos
días y se verá en las legislativas. Los ciudadanos no han perdonado, ni
entendido, la política de recortes del PP, que ha llevado a las clases medias y
bajas a cambiar un escenario de poderes absolutos por otro en el que el diálogo
y los pactos se aproximen más a las necesidades del pueblo y el futuro de
Extremadura y España.
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