Francisco Fuentes,
portavoz de la ejecutiva regional socialista en 2007, acuñó con acierto la frase: "La
dirección del PSOE ha dejado al candidato (Vara)
meter bastante la cuchara." Se
refería el veterano socialista y senador, al hacer públicas las listas
electorales, que el candidato a suceder a Ibarra,
su mentor, había metido algunas cucharadas
en el plato de las listas electorales, "pero desde luego no la tijera, y
el tenedor se lo debe haber reservado para el caso de que tenga que formar
gobierno", decía el cronista, como así sucediere. (Véase abc.es, de 19/02/2007) La pretendida
renovación no lo fuere tanto como deseare. Con la mayoría absoluta que después
le otorgaren las urnas, la renovación total
no la ha podido efectuar hasta ahora, dejando en la antesala de la cocina a antiguos
compañeros en el Consejo de Gobierno, incluso a algunas mujeres que ocuparon
destacados puestos en el Consejo de su primera legislatura como presidente, y
de quienes no se ha vuelto a saber nada, y que fueren consejeras y mujeres de Ibarra, mucho antes de que él las
eligiere, y que considerare "talismanes" y de su entera confianza.
Vara jubiló,
al meter la cuchara en el plato de las listas, a muchos ibarristas que
considerare entonces de su confianza, y colocó a novísimos, como ayer, para
ofrecer una idea de renovación, que no reside tanto en los nombres, ni menos
aún en las listas cremallera, en las que no se basa la igualdad, como tampoco
en la paridad. Más bien se parece en esto a Zapatero, que lo hiciere antes que él, quien nombró un gobierno
paritario de hombres y mujeres, que nos recordare la doctrina falangista de
"mitad monjes, mitad soldados", como paradigma del nuevo hombre
español del antiguo régimen. Otra cosa distinta es su concepción de la
desigualdad y su fe en las mujeres como motor para cambiar el statu quo. "Las
mujeres --señalaba en su blog el 24 de marzo del pasado año-- van a cambiar
la política, porque la que hay no ha resuelto la desigualdad de salarios a
igual trabajo, la desigualdad de puestos a igual mérito y la desigualdad en el
derecho a seguir viviendo sin que un machista educado por machistas decida un
día que tu vida ya duró bastante." De acuerdo con el planteamiento; pero
no piense usted, por ello, que por muchas mujeres, listas cremallera y paridad,
van a cambiar de la noche a la mañana un mundo que los hombres --machistas o
no-- han construido. Zapatero fracasó
en el intento, echó a quienes le auparon al poder y se alió con mujeres que
apenas conociere (en Bruselas flipaban con sus nombramientos), como usted en
alguna reunión, a las que después nombrare consejeras y diputadas, y hoy
presidentas de la Asamblea. Mírese en el ombligo de su propio partido, y no se
escude en el supuesto de que no sabe nada.
La
desigualdad social no reside tanto en lo que usted entiende por igualdad
como lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte en un informe,
hecho público hoy, en línea con el de la OCDE de mayo pasado, que atribuye al
paro y al bajo poder sindical el aumento de la desigualdad, como la brecha
social de un país, que supone un freno para el crecimiento económico. (Véase El País de hoy) y eso no lo solucionan
solo las mujeres, sino estas y los hombres, con las fuerzas empresariales,
sociales y sindicales, ni menos aún con las habituales formas pleonásticas
utilizadas por su partido de las que pretenden hacer bandera de la igualdad.
He trabajado con mujeres, he luchado por ellas y me he
alegrado del triunfo de quienes se lo ganaren por sus méritos y no por su condición
de género, hasta que me lo permitieren. Pueden darle fe de ello las secretarias
de Igualdad de las ejecutivas regional y provincial (Nélida y Fe de nombres),
como la anterior alcaldesa de Moraleja o la repetidora de Casillas de Coria (Teresa y Mónica), a quienes dediqué artículos de elogio por su lucha y
arrojo; pero no estoy de acuerdo con otras nombradas a dedo, auxiliares administrativos
de profesión, y como "personas de reconocido prestigio profesional",
consejeras de cajas extintas o patronas de fundaciones bancarias paralizadas
por culpa del afamado presidente de la Diputación Permanente de la Asamblea, Fernando Manzano, que dice no saber
nada de las oposiciones
amañadas de la Cámara, que acertare UPyD, y sobre las que la Fiscalía ha
abierto diligencias penales (Véase eldiario.es
de 15/06/2015). Y aunque hayan sido otros los responsables, no me diga que
usted no sabe nada de eso; porque si tan persona de confianza era Blanca Martín para usted, me sigo
preguntando quién la envió a Cáceres y por qué la pasada legislatura. Y eso
tiene un porqué que solo usted sabrá,
como el alejamiento de César Ramos
de su lado también tiene un porqué. O no sé yo qué tengan sus anteriores
mujeres de confianza, perdidas como sus antiguos compañeros de mesa en el
Consejo de Gobierno, en el espacio sideral extremeño..., no precisamente de la
política. Mucha cuchara, pero poco
tenedor y cuchillo, y demasiado e inútil pleonasmo. Y, así, terminará usted
como Zapatero, apartando de su lado
a los suyos de antes y terminando por no saber en quién confiar, porque hasta los
anteriores se la dieron con queso. Todo
se verá...
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