En 1916 --hace ahora un
siglo-- Europa se hallaba inmersa en la I Guerra Mundial, en la que España se había
declarado neutral con sufragio universal masculino. Parece ser que las mujeres
no existieren entonces, sin derecho a voto hasta la República, como hoy en
ciertos partidos, en los que solo quieren y eligen a sus mujeres a dedo, y se
olvidan de que, en Extremadura, por ejemplo, tienen a miles de ellas, tan
formadas como aquellas, pero que no tienen ni trabajo ni ayuda alguna que
llevarse a la boca. La cuna sí cuenta, como entonces, tanto como ahora el
plural femenino utilizado por una izquierda que confunde el sexo y el género
gramatical con la igualdad y que se deja atrás el singular masculino para que
no le haga sombra alguna ningún necio de la Extremadura ruralita que le ganare
por los dos flancos, para que él y las suyas sigan en los tronos que les
adjudicaren los depositarios de la soberanía nacional..., al contrario que Susana Díaz, que tiene a su lado a
cinco varones con experiencia... (Véase elconfidencial.com/españa, de ayer,
02/01/2016).
El 9 de abril de 1916 se celebraron en España elecciones
legislativas para elegir los 409 escaños que entonces hubiere el Congreso
(ahora son 350). El Partido más votado fue el Liberal, con la coalición de sus
dos facciones dirigidas por Manuel
García Prieto y el conde de
Romanones, que obtuvo 233 escaños (el 56,97 por ciento), seguido del
conservador Eduardo Dato, quien
logró 113 diputados (el 27,63 por ciento). Le seguían los conservadores
mauristas, de Maura, con 17; la
Conjunción Republicano-Socialista, de Castrovido
Sanz, con 13, los mismos que la Liga Regionalista de Cambó. El Partido Reformista de Melquíades Álvarez consiguió 12. A más distancia le seguían: la Comunión
Tradicionalista, de Enrique de Aguilera
(9), los Conservadores de Juan de la Cierva (8), la Coalición
Republicana-Radical, de Alejandro
Lerroux (6); los Católicos Independientes del Marqués de Santillana (3); el Partido Integrista, de Manuel Senante y Martínez (2) y con 1
cada uno los siguientes partidos y coaliciones: el Bloc Republicá Autonomista,
de Marcelino Domingo, los
Nacionalistas Republicanos Catalanes, de Frances
Maciá; los Regionalistas Castellanos, liderados por Antonio Zumárraga; los Dinásticos Vascos, de Luis de Urquijo y Ussía; los Republicanos Catalanes
Independentistas, de Albert i Salvador
Rey. En total, 16 partidos y coaliciones representadas en el Congreso. ¡Hay
que ver lo que ha crecido en un siglo el independentismo catalán que, tres
meses después de celebradas sus elecciones, sigue sin presidente y sin saber
qué será de su hoja de ruta.... hasta hoy, en que Mas aguarda!
Las elecciones del pasado 22 de diciembre celebradas en
España ofrecieron un parlamento tan fragmentado como aquel --al menos desde las
primeras elecciones democráticas ganadas por Adolfo Suárez en 1979--, pero con cuatro partidos y coaliciones
principales, que, por el momento, son incapaces de ponerse de acuerdo para la
gobernabilidad de España: el PP de Mariano
Rajoy hasta ahora en el Gobierno (123 diputados, pierde 63 respecto a 2011);
el PSOE, de Pedro Sánchez (90, su
peor resultado en democracia, con 20 diputados menos) y los emergentes Podemos,
con Pablo Iglesias, que por sí solos
logran 42 diputados, a los que hay
que añadir los 12 catalanes de En Comú Podem, los 9 valencianos de Compromís-Podemos-És
el moment y los 6 gallegos de En Marea, que le dan un total de 69 diputados; Ciudadanos, liderado por Albert Rivera (40), seguidos de ERC-Catalalunya sí, que pasa de 3 a
9; DiL, Democracia y Libertad, antigua CIU (8 de 16 que tuvo en 2011); PNV (6,
uno menos que en la anterior legislatura), Unidad Popular: Izquierda Unida-Unidad Popular
en Común (2); Euskal Herria Bildu, que se presentó como Amaiur en 2011, pasa a
tener 2 en lugar de 7), y Coalición Canaria-Partido Nacionalista Canario (logra
1 frente a los 2 anteriores). En total diez grupos políticos y un Grupo Mixto
con 18 diputados, "el
congreso atómico de una España fragmentada", como lo
define Ana Cabanillas. (Véase elmundo.es/españa, de ayer). Desaparecen
de la Cámara UPyD, Unió, Bloque Nacionalista Galego y Geroa Bai, que no han
logrado escaño alguno.
Si las elecciones de 1916 concluyeron nueve meses después
con el gobierno presidido por el conde
de Romanones, que dimitió por enfrentamientos con el ejército y la ruptura
del Partido Liberal, por la expulsión de Marcelino
García Prieto y Santiago Alba, el
gobierno del primero, sucesor de
Romanones, se rompió, y el 11 de junio de 1917, Eduardo Dato formó un nuevo gobierno de conservadores, con una
mayoría inestable, que la huelga general de aquel año fracturó, formándose
entonces un gobierno de concentración nacional formado por conservadores y la
Lliga Regionalista hasta la convocatoria de nuevas elecciones el 24 de febrero
de 1918. ¡Qué similitud con la actual situación un siglo después!
Tras las elecciones del 22-D, los analistas
internacionales solo ven posible la formación
de un gobierno inestable o la repetición de las elecciones en mayo.
(Véase expansion.com, de 21/12/2015)
Una coalición de centro derecha no puede mantener la mayoría, lo que crea una
gran incertidumbre política. De otro lado, el resultado electoral ha dejado
para muchos un
panorama de país ingobernable, (véase elmundoes/españa, de 22/12/2015) en el
que ningún partido lograría por sí solo la mayoría absoluta requerida para
investir presidente en la primera votación (176 escaños). En la segunda, en la
que bastaría la mayoría simple (lograr más votos a favor que en contra), nadie
en principio se pone de acuerdo, salvo Ciudadanos, que dejó claro antes de las
elecciones que se abstendría en favor del partido más votado. El PP no puede
gobernar por sí solo porque no lograría ni la mayoría simple, ni con la
abstención de todas las fuerzas políticas, frente al "no" de PSOE y
Podemos, a no ser que se abstuvieran PSOE y Ciudadanos, con lo que sí lograría
la mayoría simple. Un pacto PSOE-Podemos (159 escaños) no lograría tampoco la
mayoría simple (159 frente a 191), ni
siquiera con la suma de IU (161 frente a 189). Un pacto PP-Ciudadanos (163
escaños) tampoco obtendría la mayoría simple necesaria, a no ser con la
abstención del PSOE o Podemos. Un pacto PP-PSOE-Ciudadanos, incluidos solo los
dos primeros, superaría con creces la mayoría absoluta.
Todos los escenarios están abiertos y son posibles. El
PP se abre a una gran coalición con el PSOE sin Sánchez
(véase elperiodico.com, de
18/12/2015); el
PP presiona para lograr un gran pacto con PSOE y Ciudadanos
(véase publico.es, de 02/01/2016),
que Rivera (Ciudadanos) fue el
primero en proponer en su pacto
por España al día siguiente de las elecciones (véase publico.es, de 23/12/2015). Mientras,
Ferraz es una gran eclosión entre quienes desean el congreso federal ya y la
sustitución de Pedro Sánchez, la
vicepresidenta del Gobierno, Soraya
Sáenz de Santamaría, arenga a los subsecretarios a "seguir
hasta el verano" ante la posible repetición de las
elecciones (véase elmundo.es, de hoy);
el diputado popular, Rafael Hernando,
"cree
que hay mimbres para un gran acuerdo PP-PSOE-C´s"
(véase elmundo.es, de ayer), y el secretario
general de Podemos, Iglesias,
también veía posible la gran coalición (véase europapres.tv/politica,, de 28/12/2015).
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