Desde su creación en
1986, la Medalla de Extremadura ha reconocido, distinguido y recompensado a
quienes, desde dentro o fuera de Extremadura, hayan destacado por sus
actuaciones o servicios eminentes en defensa de los intereses generales y
peculiares y en la tarea de recuperación de su identidad y personalidad, tanto
a nivel de personas físicas como de corporaciones, entidades o asociaciones.
Desde entonces hasta el pasado año, le ha sido concedida a reyes, príncipes,
expresidentes del Gobierno y de la Junta, poetas, juristas, atletas, geólogos,
frailes, Institutos, Escuelas de Formación del Profesorado, federaciones y
asociaciones, medallistas paralímpicos, restauradores, restaurantes, médicos,
periodistas, pintores, actrices, escritores, dramaturgos, pueblos y ciudades,
jugadores... y hasta un arquitecto; pero ningún ingeniero hasta ahora.
El puente romano de Alcántara, un símbolo de Extremadura
y de las infraestructuras del Imperio Romano en la península, construido entre
el 104-106 d. C. por orden de nuestro
emperador Trajano, es monumento
nacional desde 1924 y fue Mejor Rincón de España 2014. Todavía no, y méritos
hubiere, para ser Patrimonio de la Humanidad. En su dintel, situado en la
margen izquierda del puente, su constructor, Cayo Julio Lacer, allí enterrado, ordenó inscribir estos latines:
"Pontem perpetvi mansvrvm in secula mundi" (este puente durará lo que
dure el mundo). Y ahí sigue, camino del
bimilenario... El ingeniero Carlos
Fernández Casado (Logroño, 1905; Madrid, 1988), académico de Bellas Artes
de San Fernando y autor de una historia de los puentes romanos en España, solía
decir que "nadie se atreva a proyectar un puente si antes no ha pasado por
Alcántara", tesis que reafirma su discípulo Javier Manterola. (Véase su estudio "Dos casos de intervención
en obras públicas aragonesas. La restauración del puente de Nuestra Señora del
Pilar y el Canal Imperial"). Y afirma: "Después de ver Alcántara,
podemos decir que hemos visto un puente, un buen puente... y empezamos a
penetrar en el qué de los puentes. Alcántara es un puente romano, el más
importante que queda en Europa y, además, es un puente de piedra."
Otro tanto podríamos decir del ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos del Estado Juan
Fernando Pedrazo Majárrez (Cáceres, 1966), jefe del Área de Planeamiento,
Proyectos y Obras de la Demarcación de Carreteras del Estado en Extremadura.
Ingeniero de Caminos por la Politécnica de Madrid en 1992, ingeniero técnico de
Obras Públicas por la Politécnica de Cáceres en 1987, máster en Prevención de
Riesgos Laborales en Construcción en 2004 y diploma de Estudios Avanzados por la
Politécnica de Madrid en 2011. Ha sido profesor titular interino de Escuela
Universitaria en la Politécnica de Madrid (1993-1994), en excedencia voluntaria
desde el citado año; y profesor asociado en la Uex entre 1999-2013.
Si amplio es su curriculum académico, mayor lo es el de
sus direcciones de estudios previos de carreteras (Autovía
Cáceres-Trujillo-Cáceres, A-58, tramo Cáceres-frontera portuguesa): las
direcciones de estudios informativos de carreteras (Autovía de la Plata A-66.
tramos Plasencia-Mérida (fase final); tramo Aldeanueva del Camino-Plasencia
(fase final); tramo Trujillo-Cáceres A-58: variante de Cáceres de la A-58 (dos estudios); variante de Malpartida de
Cáceres de la N-521; variantes de Cabezuela del Valle y de Tornavacas de la
N-110. En direcciones de proyectos de trazado y construcción de carreteras, ha
realizado los tramos de la Autovía Ruta de la Plata A-66 siguientes: variante
de Plasencia, Plasencia-Cañaveral, Cañaveral-Hinojal; Hinojal-Cáceres;
variantes de Cáceres y Trujillo, y el tramo Santa Marta-Cáceres. Finalmente, en
direcciones de obras de carretera de la A-66, ha dirigido los tramos Puerto de
Béjar-Aldeanueva, variante de Plasencia, Cañaveral-Hinojal, Hinojal-Cáceres;
variantes de Cáceres y Trujillo y Santa Marta-Cáceres, además del tramo
Plasencia-Navaconcejo del acondicionamiento de la N-110, y la ejecución del
viaducto de Benazaire sobre el embalse de García de Sola, en la N-502.
Mención aparte merece el nuevo acceso a Cádiz, que une la
ciudad con Puerto Real, puente sobre la Bahía, inaugurado el 24/09/2015 -que en
principio iba a llamarse "La Pepa" y, finalmente, Constitución de 1812, diseñado por el
ingeniero Javier Manterola (Pamplona,
1936), que ha costado ocho años de obras y 500 millones, más largo que el
Golden Gate, con una longitud de cinco kilómetros, de los que 3.092 transcurren
sobre el mar; con dos carriles por sentido para el tráfico viario y una
plataforma para un tranvía que prevé construir la Junta de Andalucía. Es el
segundo puente atirantado más largo del mundo y tiene un tramo desmontable que
pesa 4.000 toneladas, y que dará paso a embarcaciones de gran tamaño que
naveguen por la bahía. Con una altura de 185 metros --que llega a alcanzar los
69 metros desde el tablero al agua-- se convierte en el segundo puente con
mayor gálibo vertical del mundo tras el de Verrazanos Narrows de Nueva York y por
delante del Golden Gate de San Francisco, y el tercero de Europa de mayor luz
de vano principal. En su construcción se han empleado más de 100.000 metros
cúbicos de hormigón y 70.000 toneladas de acero. "Es el límite de lo que
sabemos hacer", explicaba Fernando
Pedrazo, director de la obra, que se ha convertido en un reto y "un
campo de aprendizaje para la ingeniería española e internacional", la
infraestructura que da un respiro al "José
León de Carranza", inaugurado en 1969, y que soportaba la entrada de
una media de 40.000 vehículos diarios. (Véase rtve.es/noticias, de 24/09/2015, y abc.es/viajar, de la misma fecha).
Juan Fernando
Pedrazo fue nombrado nuevo jefe de obras para acelerar los trabajos, por su
prestigio en el sector y por haber trabajado en obras importantes como los
puentes arco de la Autovía Ruta de la Plata a su paso por Extremadura. Pedrazo fue quien dio el empujón
definitivo a los trabajos y fue el jefe de obra encargado de finalizarla. (Véase
diariodecadiz.es/article, de
27/11/2013).
La Asociación Española de Mediación (Asemed) y la de
Caminos, Canales y Puertos del Estado, así como muchos extremeños, están
solicitando para él la Medalla de Extremadura, por su aportación a la
ingeniería viaria extremeña y española.
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