El presidente de la
Junta de Extremadura, Guillermo
Fernández Vara, dijo en su segunda toma de posesión que "Extremadura
necesita que exista para todo el mundo, y tiene que existir también para
nuestro Gobierno. Voy a ser muy exigente, porque Extremadura, con el compromiso
del resto de España, no puede superar la tasa de paro del 30 por ciento. Solos
no podemos." (véase huffingtonpost.es,
de 04/07/2015).
Extremadura no puede hacer nada sola; hay que llevarla de
la mano por los senderos de sus grandes dehesas, vías verdes de ferrocarriles
inacabados o desahuciados; de administraciones públicas que no solo no
contestan a los ciudadanos con su legión de asesores, sino que lo hacen con el
silencio administrativo. Huérfanos de la ayuda del Gobierno central,
Extremadura acentúa sus índices de pobreza y exclusión social. En las calles de
las ciudades, sobre carteles de cartón, los extremeños --no ya los refugiados--
gritan en silencio: "Extremeño sin recursos necesita ayuda",
"extremeño recién operado, con cuatro hijos, pide ayuda", "Una
ayuda, por favor"..., sin que las conciencias y los cimientos de los
hombres y mujeres que pueblan los despachos de Mérida se estremezcan, ni que la
secretaria de Consumo les pueda dar otra cosa más que promesas perdidas en el
tiempo con su débil voz de política no comprometida más que con sus padrinos
políticos, los lecheros, y su soldada de final de mes, que es lo único que le
importa. ¿Verá ella los carteles que pueblan su ciudad de residencia: "Se
vende", "se alquila", "se traspasa"; a los pedigüeños
sentados sobre las aceras como teclas de piano, apelando a la caridad que el "caso
Nadia Nerea" tira para
atrás...?
Hace unos días, Vara
se entrevistó con la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, la misma que asistió a su
segunda toma de posesión y a la que se dirigía con el "Solos no
podemos", a quien pidió un Plan Especial de Empleo para Extremadura.
Justificaba el presidente su petición en "las tasas de paro inaceptables
en la población adulta, pero absolutamente escandalosa en la población
juvenil". Incidía en la importancia de la calidad del empleo para combatir
la precaria situación de muchas personas y valoraba la subida del Salario
Mínimo Interprofesional. "De eso es de lo que se trata, de ser útiles a la
vida de las personas" (véase extremadura7dias.com,
de 14/12/2016); pero cada día, la gente ve más inútil --excepto la clase
política profesional de vocación, inmovilista, y la de asistencia por carencia
de empleo y enchufismo político--, una administración tan cercana como alejada
de esa misma realidad, incapaz de ver desde sus despachos y desde el auto que
les lleva y les trae a la capital solo de nombre, perdido su histórico
esplendor..., con su teatro-cine "María Luisa" todavía a la espera de su resurrección de entre los
muertos. Antes, en una entrevista televisiva, reconocía que Extremadura censa
120.000 parados. Solo quienes lo padecen y lo sufren, menos la clase política,
podrían certificar la validez de ese censo inacabado.
Ayer jueves, la Asamblea de Extremadura votó a favor de
una propuesta de pronunciamiento formulada por los socialistas, en la que se
instaba al Gobierno de España a poner en marcha, de manera urgente, un plan
especial y extraordinario de empleo para la Comunidad. Era una demanda muy
sentida, para "mejorar la empleabilidad" y las
"condiciones" de los trabajadores de la región, decía el martes la
portavoz adjunta socialista en la Cámara, de tan frágil memoria, Marisol Mateos (véase lavanguardia.com, de 13/12/2010). ¿Sabrá
ella lo que es estar en paro y en situación de pobreza energética, como tantos
extremeños a la espera del maná prometido? Y a todo esto, ¿qué dice, sin decir
nada, la directora de Trabajo de la Junta, la abogada multidisciplinar Sandra Pacheco Maya? ¿A qué dedica su
tiempo oficial: acaso a pleitear contra la Seguridad Social por cumplir este
Instituto con la ley?, porque su voz, como la de Maribel Moreno, apenas llega a quienes hubiere de llegar, tan solo
oída en su casa.
"Solos no podemos"..., porque nuestra deuda
pública, la de Extremadura, se sitúa en 3.966 millones, aunque haya disminuido
en 53 millones, y se coloca en la cuarta Comunidad española con menos deuda en
el tercer trimestre (véase 20minutos.es,
de 15/12/2016); porque el pago a proveedores aún está lejos de los 60 días que
fija la ley; porque este ciudadano, tras diez meses de espera, todavía aguarda
una carta de los Servicios Fiscales de la Junta en Cáceres, a que le pasen una
nota de lo que debe pagarles..., aunque "el procedimiento iniciado por
declaración ha caducado, al transcurrir más de seis meses desde aquella fecha...,
según los artículos 128 y 130.b del Reglamento General de las actuaciones...,
la Administración podrá iniciar de nuevo este procedimiento dentro del plazo de
prescripción". ¿Y a qué espera, señora jefe (sic) de Sección de Impuestos
Directos de la Junta? Y así todo. Todo pasa, nada llega ni prescribe.
"Solos no podemos", ni tampoco
"podemos caminar con hambre bajo el sol/ Por el destierro el pueblo va/
Cantando su dolor/ En la noche brillará/ Tu luz nos guía la verdad...".
¿Es eso lo que desea decir, señor presidente? Para esos enredos, mejor
devolverles las competencias al Estado, y no solo las de Educación y Sanidad,
que ya les vale... ¡Nos ahorraríamos tanto para empleo, educación, sanidad y
dependencia...!
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