Hubiere nacido chico,
pero se sentía chica; naciere chica, pero se sentía chico. La identidad sentida
no era la vivida, no fuere el sexo asignado. La transexualidad no era
reconocida. Eran mariquitas o marimachos. Apartados de la sociedad,
pero aptos para un servicio que no debieren hacer, eran objeto de mofa, burla y
escarnio. La homofobia aparecía entonces para los varones sin el género
sentido. Hoy todavía perdura en la escuela, incapaz hasta hace poco de lidiar
con la diversidad. Más aún para la mujer que comenzó a sentirse hombre. La
transexualidad se tapaba en las trojes, con intolerancia y discriminación. Hoy,
al fin, se destapa con el reconocimiento de la familia, en la escuela y
abriendo cauces para desarrollar su identidad con naturalidad. Los padres caen
en la cuenta; los maestros no están formados, aunque la admitan, para tanta
diversidad, que ni el curriculo escolar reconoce. La pubertad marca la frontera
del género sentido, pero aún no vivido. Si la discriminación persiste, llega el
absentismo, la depresión, la hostilidad de quien no se siente reconocido por
ser como fuere, sin culpa alguna suya que no fuere sobrevenida por la
naturaleza. El DNI no reconocía hasta hace poco la transexualidad. Un problema
añadido para el género sentido. Las leyes contra la homofobia reconocen ya los
derechos de gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros e intersexuales para que
puedan vivir con naturalidad el género sentido; como el cambio de sexo para
vivir el género asignado, y de nombre, para optar por la identidad sentida. El
sexo alude a la clasificación cultural binaria (hombre/mujer) de las personas y
seres vivos de acuerdo a criterios genéticos, biológicos, físicos y
fisiológicos. Género es definido como "una construcción social (comportamientos,
roles, y otros usos) que pueden corresponder a una asignación sexual normativa
(varon/mujer) o a otro tipo de construcción social no normativa. La identidad
de género es la vivencia interna o individual del género tal y como cada
persona la siente, que puede corresponderse o no con el sexo asignado tras su
nacimiento. La identidad de sexo no es, pues, la identidad de género, la sentida,
pero no vivida...
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