viernes, 11 de enero de 2019

GASPAR DE MOLINA Y OVIEDO, UN CARDENAL EMERITENSE



El cardenal Gaspar de Molina y Oviedo
 (Casa consistorial de Sevilla)
Gaspar de Molina y Oviedo (Mérida, 06/01/1679; La Granja de San Ildefonso, Segovia, 30/08/1744) [1] fue un religioso y hombre de Estado español, hijo de Gaspar de Molina y María Clara de Oviedo. Ingresó en la Orden de San Agustín (Ordo Fratrum Sancti Augustini, OSA) en 1694, profesando al año siguiente en un convento de Badajoz.  Posteriormente fue profesor en el convento de San Acacio, de los agustinos de Sevilla, donde realizó los estudios de Filosofía y Teología, institución a la que donó por testamento su biblioteca en recuerdo de los años allí transcurridos; prior de Cádiz en 1712 y provincial y asistente de su orden en 1720. De regreso a España fue calificador de la Inquisición. Nombrado obispo de Cuba en 1730, de Barcelona en 1731 y de Málaga en 1734, aunque no ejerció en ninguna de estas diócesis por hallarse en Madrid desempeñando diversos cargos políticos al servicio de Felipe V. A instancias de este, en 1737, fue nombrado cardenal por el papa Clemente XII en el consistorio celebrado el 20 de diciembre de 1737. Presidente del Consejo de Castilla entre diciembre de 1733 y agosto de 1744 y comisario general de Cruzada en el mismo periodo. Muerto repentinamente a los 65 años, fue inhumado en el convento de San Felipe el Real de Madrid.[2] "Entre enfermar y morir este Eminentísimo medió tan breve espacio que enfermedad y muerte fueron casi a un tiempo." [3]
            Durante su estancia en Roma se ganó la confianza del papa y participó como teólogo en el Concilio Lateranense de 1724. El 30 de julio de 1726 se le concedieron los privilegios de exgeneral y poco después volvió a España. Antes de su estancia italiana había alcanzado el grado de maestro en Teología. A su regreso, Felipe V comenzó a ocuparlo en gestiones políticas. Fue consagrado obispo en 1731 en el convento de San Agustín de Sevilla. Por deseo del rey, fue nombrado cardenal por Clemente XIII. La birreta cardenalicia le fue impuesta por Felipe V en la Real Capilla de Aranjuez.
            El 03/03/1739, el rey, para honrar y agradecer los servicios del cardenal Molina, concedió a su hermano, Juan Antonio de Molina y Oviedo, el marquesado de Ureña. El 03/09/1741 consagró obispo a su sobrino fray Gaspar de Molina y Rocha, hijo del reciente marqués de Ureña, también agustino, que había sido nombrado para la diócesis de Almería.
            En sus honras fúnebres estuvieron presentes los Consejos, la Grandeza y las altas instancias del Gobierno de la Monarquía en el convento de San Felipe el Real. El Consejo de Castilla le ofreció otro funeral solemne en el mismo convento el 21 de noviembre.[4]
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[1] En su biografía del cardenal Gaspar de Molina en el Diccionario de la Real Academia de la Historia, Vallejo Penedo sitúa su lugar de fallecimiento en La Granja de San Ildefonso, mientras que Wikipedia lo hace en Madrid en la fecha indicada.
 
[2] Ballesteros, Francisco Antonio: Relación exacta del fallecimiento, entierro, y sumptuosas honras, que a la perpetua , digna y merecida memoria del Eminentísimo  Señor Cardenal de Molina y Oviedo, comisario general de la Santa Cruzada, Gobernador del Consejo y Cardenal de la Santa Iglesia Romana consagró el Real Consejo de Castilla. Madrid. Imprenta de Antonio Sanz, año de MDCCXLV.
 
[3] Ob. cit.
 
[4] Vallejo Penedo, Juan José,  OSA: Diccionario de la Real Academia de la Historia. Diccionario biográfico español. (http://dbe.rah.es/biografias/19990/gaspar-de-molina-y-oviedo ).
 

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