sábado, 2 de mayo de 2020

LA DESESCALADA HACIA LA NUEVA NORMALIDAD



Primer día de la desescalada en el deporte (marca.com)
Tras cuarenta y nueve días de confinamiento (que no cuarentena sensu strictu, cuarenta veces diez, sino de aislamiento en el sentido médico del término), hemos iniciado esta mañana a primera hora la desescalada hacia la nueva movilidad o normalidad. No había amanecido aún cuando ya podíamos ver algunos ciclistas, otros hombres y alguna mujer haciendo carreritas y algunos paseando, acostumbrándose a la mascarilla, que constantemente empaña las gafas y nos nubla la visión, nos niega la caricia del aire sobre la cara, que no debemos tocarnos, mientras que los guantes apenas los sentimos.
 
             Cambian muchas cosas en cuarenta y nueve días que no pisábamos la calle: los miles de personas que ya no están sobre la tierra, sino bajo ella, inhumados (in, dentro, y humus, tierra), con los honores fúnebres debidos, y otros muchos simplemente enterrados, que es otra cosa, pero no un cadáver humano; los infectados por la pandemia; el ejército humano (sanitarios, soldados, transportistas, farmacéuticos…), que han luchado, y continúan haciéndolo  y quienes solo hemos podido ver desde la ventana o el balcón “cómo pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan callando…,/ según los versos de Jorge Manrique a la muerte de su padre. De regreso a casa, el sol salía ya por la Montaña, como por Antequera, para darnos su luz a todos los que después quisieren y pudieren pisar la calle. Y en la calle, no todo sigue igual, aunque la ciudad sea la misma: la primavera ha venido sin que nadie sepa cómo ha sido. Esplende el verdor tras las últimas lluvias caídas; aparecen las flores y las amapolas en los jardines, mientras en los parques, el mobiliario que utilizan los niños, permanece acordonado, aún en cuarentena. Algunos edificios han crecido ya en su construcción y algunas aceras, desbordadas por las raíces de los árboles, han sido remozadas. No pasa el tiempo en balde. Si ayer, obreros municipales desinfectaban las aceras y jardines, desde antes que nosotros los niños brincaban con sus mascotas y patines como si de una mañana de Reyes se tratare.
 
             Pero, por qué desescalar la escalada, si ninguna gran montaña hubiéremos escalado para ahora iniciar lo contrario. A sensu contrario (en sentido contrario), ni los alpinistas pudieren haber escalado otra cosa sino los muebles de su casa, como algunos deportistas. Estuvimos, y seguimos confinados, con las excepciones de la desescalada. El antónimo del confinamiento es el desconfinamiento. A qué entonces desescalar la escalada. Es el término de moda que la RAE no recomienda y sugiere “evitar los calcos del uso del inglés”, que nos ha llevado a implementar el término escalada, imitando el “to escalate” inglés, que el diccionario de Oxford  define como `aumentar, subir, incrementarse algo rápidamente´ y a cuyo retraimiento llamamos desescalada y aboga en su lugar por la utilización de `reducir´, `disminuir´ o `rebajar´. [1] Sin embargo, la Academia estudia incorporar al Diccionario coronavirus o coronavírico, covid-19, desescalar y desescalada, desconfinamiento, cuarentenar, cuarentenear o encuarentenar, como hemos estado hasta ahora.[2] La Fundación del Español Urgente (Fundéu) considera, empero, que los sustantivos escalada y su antónimo desescalada son adecuados para referirse al aumento de algo, sobre todo cuando es rápido, y a su posterior disminución, aunque reconoce que existen en el español otras alternativas que en algunos casos pueden resultar más claras y precisas como aumento/disminución, incremento/rebaja o intensificación/relajación.[3] Y añade  que el diccionario académico incluye entre las acepciones de escalada la de `aumento rápido y por lo general alarmante de algo, como los precios, los actos delictivos, los gastos y los armamentos´, por lo que no es censurable su uso como ocurre en los ejemplos citados para aludir al incremento de casos de una enfermedad, o de medidas extraordinarias o de la tensión política, como ocurre en los ejemplos citados. Desescalada es un derivado bien formado a partir de escalada.”
 
             Y bien, comienza la desescalada para llegar a la `nueva movililidad´ o normalidad. ¿Qué entendemos por movilidad o normalidad? El vocablo se refiere a la capacidad de moverse y a lo que regula; que por sí puede moverse  o es capaz de recibir movimiento por ajeno impulso; y desplazamiento de personas o cosas que, en algunos contextos, engloba el tráfico y el transporte, mientras que en otros se utiliza de forma más restringida como sinónimo de tráfico o regulación vial. Así, nos referimos a la movilidad de personal, forzosa, funcional, geográfica, interadministrativa, por razón de violencia de género, sostenible y movilidad voluntaria.[4] Son sinónimos de movilidad: estructurar, organizar, orquestar, unir, enlazar, juntar, acoplar, concertar, vincular y relacionar. Y antónimos: desarticular, desunir. ¿Qué quiere decir, pues, el sintagma `nueva normalidad´ a la que alude el Gobierno? No hemos disfrutado de la movilidad urbana hasta hoy por el confinamiento, eso está claro. Por tanto, enlazamos la desescalada con la `nueva movilidad´ o normalidad; es decir, de la inmovilidad del confinamiento pasaremos a enlazar una `nueva movilidad´ en todos los ámbitos sociales, económicos, culturales y de cualquier índole que el virus nos obligará a orquestar. Vivíamos, sí, en una normalidad con todos sus problemas, pero que en un futuro próximo será distinta. ¿Podemos volver a algo nuevo?, ¿no es un contrasentido? Posiblemente, el mensaje que se pretende expresar es que se va a recuperar la normalidad, si bien esta normalidad no va a ser la que conocíamos, que encierra la anomalía que se señala: el retorno a un estado novedoso, distinto, desconocido. [5] Nadie se fía, sin embargo, de la `nueva normalidad´, tanto que el secretario del Comité de expertos del coronavirus afirma: “La nueva normalidad va a ser complicada. No auguro un escenario de tranquilidad en otoño.” [6]
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[1] Vid.: Desescalada, el término de moda que la RAE no recomienda, en el diario Público, de 13/04/2020.
 
[2] Vid.: Camps, Magí: Estas son las palabras de la pandemia que la RAE estudia incorporar al diccionario, en La Vanguardia, de 01/05/2020.
 
[3] Vid.: Escalada y desescalada, pero también aumento y disminución, en Fundéu-BBVA, buscador urgente de dudas, de 14/04/2020.
 
[4] Vid.: Diccionario de la RAE y Diccionario del español jurídico del Consejo General del Poder Judicial.
 
[5] Vid. Volver a la nueva normalidad, en Fundéu de de 30/04/2020.
 
[6] Vid.: Calleja-ICAL, S: Ignacio Rosell: La nueva normalidad va a ser complicada, en El Norte de Castilla, de 01/05/2020.
 

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