miércoles, 6 de febrero de 2013

DAOS PRISAS EN MORIR ANTES QUE MALVIVIR…

              Nunca hubiere político tan desafortunado como el japonés de Finanzas, Taso Aso, quien instó a los mayores de su país a “darse prisa y morir” para dejar de gastar dinero en Sanidad. El  ministro tiene 72 años y sus palabras provocaron un auténtico terremoto en un país en el que más del veinte de la población tiene más de 60 años y los ancianos son respetados y venerados. Aso se mostró contrario, a finales de enero, a las técnicas de reanimación y tratamientos para prolongar la vida, y afirmó que hay personas a las que se les obliga a vivir, cuando lo que quieren es morir, y se refirió  a los mayores dependientes como “gente tubo”. Hace unos años se preguntaba por qué tenía él que pagar a los mayores de 65 y 70 años, que no dejaban de ir al médico y gastar en Sanidad.
 
              Lejos de sorprendernos por tales declaraciones, son cada día más los españoles que van asumiendo que, aun sin eutanasia legalizada, no es algo que nuestros políticos nos vayan a pedir, sin decirlo, de aquí a poco, al negar la asistencia a los dependientes; al subir el copago de los medicamentos a quienes los necesitan; a no subir las pensiones, sino a bajarlas sin proclamarlo; a retirar cada día más medicamentos de la lista de la Seguridad Social; a dejar abandonados a los ancianos que, aun siendo de siempre la veneración de sus hijos y maestros para todos, son considerados hoy, un estorbo, o al menos una carga insufrible para las arcas de la Seguridad Social.
Quienes así piensan, y lo proclaman, y quienes lo niegan, parecen ignorar que la esperanza de vida sube en España, sobre todo entre la población femenina, a la vez que se desboca la cifra de parados, lo que acorta el número de cotizantes para sostener a una población cada día más necesitada de asistencia. Los políticos y banqueros también nos están costando un ojo de la cara; pero ellos, a lo suyo: con el pueblo para seguir y sin el pueblo para seguir forrándose; sin embargo, a ellos nadie les pide que se mueran para acabar con una lacra que se extiende como una mancha de aceite, porque la eutanasia está prohibida, aunque se puede ejecutar cortando el grifo que más duele a quienes lo necesitan. La medicina que ellos necesitaren, la recomiendan para los demás. “Daos prisa en morir antes de que os quitemos la vida sin que os enteréis…”, parecen decir quienes más gasto producen a las arcas públicas y no dan a cambio beneficio alguno. Predicando la muerte con la boca chica y la vida con la grande…
Todo el mundo conviene en afirmar en que es mejor morir cuando se es dependiente y se ha perdido la calidad de vida: por uno mismo y por los demás; pero de ahí a solicitar la muerte para ahorrar, va un trecho muy atrevido y largo. El futuro que nos ofrecen no es ya la vida, sino la muerte. Hubo generaciones perdidas por las guerras, y hay, hoy, otra generación perdida en tiempos de paz, la que huye buscando la vida lejos de su tierra; quienes se resignan a seguir viviendo en ella confiando en unos regidores por ellos electos que no merecieren vivir si dijeren todos los días, como el japonés: daos prisa en morir antes que malvivir… Ese es el futuro que os espera; y no os quejéis aunque os subamos el copago, porque solo son unos céntimos, y no os enviemos al banco lo que pagasteis de más ni a casa la tarjeta sanitaria que necesitáis…, porque vais a morir de todas formas.
Teófila López Carrero hubiere cumplido hoy cien años, de los cuales más de cincuenta los pasó lejos de su tierra. Nunca deseó morir. Aun en sillas de ruedas y sin reconocer ya ni a sus hijas, rezaba y cantaba sin parar; pero falleció en Madrid el día 26 de enero, a punto de su centenario. Gumi, Ceci, Charo y sus nietos, nunca la olvidarán, porque estuvieron a su lado hasta el final. Ahora, solo la fe y sus hijos sostendrán también su vida hasta que les llegue la hora.
Extremadura se va poblando de centenarios mientras la juventud desaparece y el despoblamiento se acrecienta. Solo las grullas les acompañarán en su último viaje en la tierra. Mientras, los políticos se ponen las máscaras de carnaval y solo se atreven a decir que ellos no saben nada…, ni de la tierra y menos aún del cielo, ahora, cuando este nos recuerda que “polvo somos y en polvo nos hemos de convertir”.
 

domingo, 3 de febrero de 2013

UN PLAN PARA ACABAR CON LA CRISIS



              Cada español no político tiene un plan para acabar con la crisis, como cada español no seleccionador de fútbol hubiere una selección ideal para ganar todos los campeonatos. Los españoles nos erguimos en seleccionadores de todo y de la nada, en revolucionarios capaces de acabar en la calle, a voces, con pancartas o a tiros, con la pléyade de políticos impresentables que, en lugar de apaciguar la vida, templar los ánimos y hacer posible el Estado del bienestar, se lo arrogan para sí, llevando al pozo del abismo a la llamada clase media que lo sostuviere.

              No basta con hacer propósitos de enmiendas, ni con declaraciones de transparencia, ni con hacer pública nuestras cuentas y pagos al fisco. Todo eso está muy bien, pero no es suficiente para acabar con el tercer problema del país, tras el paro y los problemas económicos, según el barómetro del CIS de diciembre de 2012, por parte de quienes debieren dar el ejemplo que se les supusiere. Un país con más de un centenar de políticos de todo el arco parlamentario imputados por corrupción, que continúan ejerciendo la política como profesión y no como vocación, y cuyo censo de sospechosos aumenta cada día, no puede liderar, en modo alguno, la salida a una crisis, a costa de los que menos tienen, cuando ellos se llenan los bolsillos a pesar de los recortes que hacen a la mayoría. Los recortes no deben traspasar determinadas líneas rojas que ahoguen derechos fundamentales y consolidados en las últimas décadas y que ponen en peligro no solo el Estado del bienestar, sino la dignidad de la vida misma que hubieren por derecho constitucional todos los españoles. Ni pueden los políticos, por su propia dignidad que honra a una mayoría, pedir, como solicitaba hace unos días el ministro japonés de Finanzas a los ancianos de su país “a apurarse a morir” para resolver los problemas económicos, tanto como si aquí el ministro del ramo correspondiente hiciere la misma petición a los pensionistas para resolver el déficit creciente de la Seguridad Social.

              La drástica reducción del déficit impuesta a España por los organismos internacionales no pueden, de ninguna manera, acabar con el derecho universal a la sanidad, la educación, las pensiones y la dependencia, los pilares que sostienen las cuatro patas del Estado del bienestar, ni que los recortes caigan sobre los funcionarios que sirven con esmero al sistema.

              Ya en los albores de la democracia, un senador del Reino, que lo fuere durante muchos años, me reconocía que la citada institución constitucional no servía para nada si no se cambiaban sus funciones y reglamento. Seguimos igual, porque, aunque parezca que la Constitución sigue teniendo validez plena, son muchos los que urgen una reforma para redefinir la estructura del Estado, cada día más debilitado por quienes solicitan unas competencias exclusivas del propio Estado,  por la crisis, por la corrupción y el paro galopantes y por el mal ejemplo de muchos políticos que no asumen para sí los sacrificios que piden a los demás. Países europeos de larga tradición democrática, como Suecia, Dinamarca o Noruega carecen de Senado. Alemania censa un centenar de senadores y Estados Unidos, uno por cada estado federado de la Unión. Teóricos del Derecho Internacional y constitucionalistas lo ven como una cámara prescindible, innecesaria y en peligro de extinción. España tiene 260 senadores, cuya eliminación supondría un ahorro de 3.500 millones anuales.

              Hay otros recortes más importantes por hacer y que no se hacen: eliminar la pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y padres de la patria; revisar, como ahora se está haciendo, los sueldos de alcaldes que se ponen a sí mismos el salario que les da la gana; obligar a devolver el dinero robado a las arcas públicas, además de penas de cárcel para los ladrones, en lugar de otorgar amnistía a delitos punibles; eliminar todos los coches oficiales; anular las tarjetas de crédito con que muchos pagan gastos particulares; dejar un solo diplomático y cónsul en cada país y, por supuesto, eliminar los de las comunidades autónomas, porque la representación exterior es competencia exclusiva del Estado; y, en fin, rebajar un 30 por ciento las transferencias a sindicatos, fundaciones y varios, con lo que se ahorrarían 45.000 millones de euros, y no haría falta tocar las pensiones ni bajar la inversión pública… Con estas medidas se habría terminado la crisis.

              No puede ser que haya recortes para una mayoría y dobles sueldo para una minoría; dinero para sanear la banca y no lo haya para quienes lo necesitan. La gente está harta; la marca España está bajo mínimos; las denuncias silenciosas se están haciendo oír; la gente grita en las calles. Nadie se calla ya porque el silencio nos ahoga, aunque algunos medios, oficiales y extraoficiales lo silencien, he aquí lo que la gente canta en la calle: 

En la Puerta del Sol (3 bises)
mamita mía,
Nadie se marcha, nadie se marcha.

Las gentes indignadas (3 bises)
Mamita mía,
qué bien te guardan, qué bien te guardan.

Los bancos y las cajas (3 bises)
Mamita mía,
nos han robado, nos han robado.
 
Y ahora nuestros derechos (3 bises)
Mamita mía,
Quieren quitarnos, quieren quitarnos.

Madrid, qué bien resistes (3 bises),
Mamita mía.
Tanto saqueo, tanto saqueo.
 
Con recortes aguantas,
Ciudadanía,
y el agua al cuello,
y el agua al cuello.

En la Puerta del Sol…

jueves, 31 de enero de 2013

LA SUERTE DE ESTAR A SU LADO

           “La suerte es tenerte a nuestro lado” es el lema de Cruz Roja para su sorteo de Lotería Especial del próximo día 9. Cuando no todo el mundo puede contar con sobres ocultos, la mayoría se confía a la lotería poniendo toda la fe del mundo en la suerte que redima su condición de pobres sobrevenidos por los recortes del Gobierno; pero no todo el mundo tiene la suerte de su lado. La suerte no se busca; se halla. Lo que se busca no se encuentra casi nunca, aunque nos enmendemos a la Divina Providencia con toda la fe del mundo. Tentar a la suerte es tentar al mismísimo diablo porque, además de hallarla, ahora pagas por encontrarla. Quienes no pagan a Hacienda, los amnistiados, los corruptos, los que roban, defraudan, quienes hubieren cuentas donde no debieren…, esos parecen ser los hombres de la suerte.

           El sorteo de Navidad es el sorteo de la esperanza, porque es el que más reparte. El sorteo de Cruz Roja es el sorteo de los desfavorecidos por la fortuna, la que no hallaron en vida o la perdieron en ella. Por ello, su lema para este año es “La suerte es tenerte a nuestro lado” porque, a su vera, además de poder hallar lo que no buscabas, beneficias a quien en vida encontró su derrota. Uno de cada tres décimos tiene premio y el sorteo toca a más de dos millones de personas. Cruz Roja no busca, empero, hacer ricos, aunque algunos lo fueren por daños colaterales por el hecho mismo de jugar porque, a quien no juega, nunca le toca. Cruz Roja no tienta con ello a la suerte, como un torero frente a su enemigo en el coso. La institución humanitaria te llama para decirte que “la suerte es tenerte a nuestro lado”. Si estás a su lado, estarás al lado de quienes más sufren, de los que nada tienen, de los que han sufrido un cambio radical en sus vidas porque no hubieren corruptos a su lado; los de la pobreza cada día más excluyente, la que cada jornada cierra puertas y ventanas de inmuebles donde antes se situaron los llamados “negocios” que devinieren en ruina y cuya luz se apagó para siempre; los que perdieron los dineros limpiamente ganados con el sudor de su frente en preferentes o subordinadas, engañados por banqueros sin escrúpulos; los avaros que, ansiando “duros por pesetas”, todo lo perdieron, porque la avaricia siempre rompió el saco de la codicia; aquellos que ofrecen el oro y el moro para, al final, quedarse con ambos.

           En tiempos como los actuales, no solo en la guerra, sino en la paz silenciosa, resignada, de tantos hombres y mujeres, instituciones como Cruz Roja son más necesarias que nunca. La guerra, aun no declarada por los gobiernos, existe hoy más que nunca. Son ellos los que la declaran y otros quienes nos aprietan las tuercas que, de tanto apretar, dejan a los más, cada día más pobres y a los ricos, cada vez más ricos, sin justicia si no la pagas, sin sanidad si no contribuyes a financiarla; sin recetas de copago devuelto, porque no hubieres tarjeta electrónica, que no te dan; sin dependientes abandonados a su suerte; sin trabajo para ganarte la vida porque muchos son los llamados y pocos los elegidos, como siempre, y aquellos a quienes la fortuna sonríe, ni siquiera la tentaron; pero la suerte les fue regalada, sin que nada hicieren por dársela a quienes la necesitaren. 

           Si Cruz Roja no existiera para ayudar a los heridos de guerra, habría que inventarla para ayudar a los heridos de la paz. Se muere en la guerra, aunque la Cruz te alivie; pero es peor morir en la paz cuando, disponiendo de todos los bienes de este mundo, solo unos pocos hubieren granero para atesorar el grano que les dé de comer. Por eso estamos a su lado, porque su suerte, y sobre todo la nuestra, es tenerla a nuestro lado para devolvernos la dignidad que nos arrebataron. Cruz Roja, de sangre y fuego, de pasión y entrega por los débiles, que no busca el beneficio para sí, sino el de todos los que hubieren la dicha de estar a su lado, porque para la Cruz abierta a todos, la mayor suerte sea tenernos a su lado. Nuestra suerte de hoy será la suerte del mañana, el día en el que hallemos la suerte estando a su lado, cuando verifiquemos que todos nos engañaron, aun los que decían que estaban para ayudarnos, y no tengamos una mano a la que asirnos. Solo entonces, nuestra suerte será haber estado a su lado…, a la vera de la Cruz creada para los vencidos sin causa.

viernes, 18 de enero de 2013

LA BASURA QUE DA DE COMER

              Hubo un tiempo no muy lejano en el que la basura se depositaba sobre las aceras; otro tiempo aún más lejano en el que la basura pareciere no existir, pero la hubiere, y se retiraba, como a los animales muertos, a las afueras del pueblo o la ciudad. Al amanecer, las aceras de las ciudades aparecían sucias por restos de basura esparcida, roto el continente que las recogiere. ¿Quién hurgaba en las bolsas de basura? Solo perros y gatos abandonados, vagabundos, sin dueño conocido, salían de noche de sus madrigueras y, cuando los vecinos dormían, ellos llenaban sus estómagos con los residuos comestibles que les ofrecieren aquellas.
 
              La llegada de los contenedores alivió el hurto nocturno de esta comida sobrante que se tirare a la basura; redujo casi a la nada los malos olores que desprendían las bolsas rotas, abiertas, destrozadas, por cánidos y mininos hambrientos. Ahora, los contenedores son removidos por otros visitantes distintos. Perros y gatos no pueden acceder ya a ellos. En los descampados de la ciudad, en solares aún por construir, vagan aún animales domésticos, cuyas carencias alimentarias son suplidas por algún vecino samaritano que, al anochecer, se acerca hasta ellos para darles comida y agua. 
 
              Los contenedores de basura reciben de noche a otros visitantes, esta vez humanos, que no hubieren qué comer. Una  mujer preguntare hace unos días a una empleada de un híper qué hacían con la comida sobrante. Su sorpresa fue mayúscula cuando le dijo que la tiraban a la basura. Hurgar en contenedores de basura en busca de comida se está convirtiendo en una práctica cada vez más común en España. La crisis no les deja otra alternativa. Cada ciudadano de la UE tira a la basura 179 kilogramos de alimentos al año. La media en España, aunque por debajo de la europea, es de 163 kilogramos anuales. En nuestro país han surgido grupos organizados cuya finalidad es denunciar el despilfarro de alimentos de la sociedad de consumo en tiempos de crisis. Uno de ellos, el madrileño Comida basura, cuya lema es “Tu comida es mi tesoro”, fundado en 2010, recorre las calles de la capital en busca de alimentos desechados por vecinos, tiendas o supermercados. Más de 50.000 toneladas de comida fresca de los supermercados acaban cada año en la basura porque Sanidad prohíbe que se done a las asociaciones que se dedican a distribuir alimentos entre las personas sin  recursos y comedores sociales. Recoger comida basura está multado en Madrid con 750 euros. Casi la mitad de los alimentos producidos en el mundo, unos 2.500 millones de toneladas anuales, termina en la basura, según un informe de la organización británica Ingenieros Mecánicos, que insta a luchar contra este despilfarro. El director general de la FAO ha advertido  sobre el derroche de comida en el mundo, ya que se malgastan 1.300 millones de toneladas al año. “Si redujéramos el derroche y la pérdida de alimentos a un 25 por ciento, tendríamos comida adicional para unos 500 millones de personas al año sin tener que producir más”, afirma José Graziano da Silva. En 2050, la escasez de alimentos podría forzar a los seres humanos a hacerse vegetarianos, y el hombre y los animales se disputarían la comida en la boca. En los próximos 40 años, la población mundial se incrementará en otros 2.000 millones desde los actuales 7.000, que requerirán sustento. La tierra cultivable no será suficiente para alimentar a 9.000 millones.
 
              Al anochecer, en los descampados, vemos a hombres y mujeres alimentar a perros y gatos abandonados. En 2050, los animales, sin agua ni alimentos suficientes, terminarán quitándonoslos por puro instinto de supervivencia, si no producimos y ahorramos más. El hombre será, una vez más, un lobo para el hombre, en estado puro, en lucha abierta contra los animales irracionales, todos igualados por la supervivencia y el hambre que ya no nos satisficiere ni la basura que ahora nos da de comer.
 

domingo, 13 de enero de 2013

LA CUESTIÓN CATALANA: UN SUJETO POLÍTICO Y JURÍDICO...

           La declaración soberanista de Cataluña, que Mas y Junqueras esperan aprobar el día 23 en el Parlamento catalán, y que proyecta un país independiente dentro de Europa, además de suponer una clara ruptura con el orden constitucional español,  se enfrenta también a la UE, cuyos portavoces ya han dicho que no pueden asumir legalmente una comunidad escindida de un país miembro.
 
              Las reacciones de expertos constitucionalistas coinciden en que la declaración de CIU y ERC no tiene reconocimiento por parte del actual marco jurídico, ni encaje en la Constitución Española. Catedráticos como Artemi Rallo, de Constitucional en la Universidad Jaume I,  sostiene que la condición de Estado no se obtiene con  la autoproclamación, sino con un reconocimiento de terceros, que no se da en este caso. Luis Aguiar, catedrático de Constitucional en la Universidad Carlos III, dice que la afirmación nacionalista parte de un error de base: “El pueblo catalán no puede adoptar ninguna fórmula jurídica, porque jurídicamente no existe como tal.” La mayoría considera, en fin, como un intento de su voluntad política ante los ciudadanos, sin consecuencias (véase web de la SER del 11-1-2013).    
 
              La declaración aprobada por CIU y ERC no prevé hoja de ruta ni acciones concretas, sino que se limita a plasmar una reivindicación, sin establecer calendarios ni dar órdenes para ejecutar acciones, y amplía, por lo demás, resoluciones a favor del derecho de autodeterminación, ya aprobadas por el Parlamento anteriormente en el sentido de la posibilidad de crear un Estado propio.
 
              Por lo demás, la Declaración del bipartito catalán se abre con “declarar la soberanía del pueblo de Cataluña como sujeto político y jurídico, iniciando el proceso para hacer efectivo el ejercicio del derecho a decidir como plasmación del derecho a la autodeterminación de los pueblos y hacer efectiva la voluntad de constituir Cataluña en un nuevo Estado dentro del marco europeo”. 
 
              Aunque los partidos proponentes de la Declaración cuentan solo con sus votos para sacarla adelante, el Gobierno ya ha advertido que “no puede negociar sobre la Constitución”. El PSC apuesta por el “derecho a decidir”, pero no por la independencia. PP se opone rotundamente, al considerar el texto “ilegal” y “antidemocrático”. “Si el debate se centra en el derecho a decidir, no habrá salida”, dijo ayer sábado Rubalcaba ante el Comité Federal del PSOE.
 
              El “derecho a decidir” nos retrotrae al “ámbito vasco de decisión” que defendía Ibarretxe, quien propugnaba la “libre asociación” entre el País Vasco y España, la soberanía compartida y el derecho de autodeterminación, y que ofertaba como una tercera vía entre las posturas constitucionalistas del PP y el PSE-EE-PSOE y el independentismo de EH y la organización terrorista. Pasado el primer trámite en el Parlamento vasco, el lehendakari se presentó ante el Congreso de los Diputados de la nación para defenderla el 1 de febrero de 2005, y logró una clamorosa derrota: 313 votos en contra (PSOE, PP, IU, Coalición Canaria y Chunta Aragonesista); 29 a favor (PNV, EA, Nafarroa Bai, CIU, ERC y BNG) y  2 abstenciones (IU-V). El rechazo del Congreso llevó al lehendakari a convocar elecciones el 17 de abril de 2005, como si se tratase de una consulta plebiscitaria.
 
              Ya el pasado 2 de octubre de 2012, los independentistas catalanes presentaban en la Comisión Constitucional del Congreso una proposición no de ley en la que solicitaban la restitución de los derechos históricos de Cataluña y su soberanía nacional, la derogación del decreto de Nueva Planta de 1715 y la creación de una comisión Gobierno-Generalitat para negociar las repercusiones pertinentes. El resultado de la votación fue de 37 votos en contra (PP, PSOE y UP y D) y 4 a favor (ERC, CIU y PNV). 
 
              Un diputado español del PP, digno sucesor de su antecesor del mismo nombre, que fuere ministro de la Gobernación en el último gobierno de la Regencia de Espartero y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Isabel II, Pedro Gómez de la Serna, diputado popular por Soria, pronunció un impecable discurso en el que echó para atrás los débiles argumentos catalanistas, y que pasó inadvertido por las manifestaciones de aquellos días y porque TVE no dio referencia alguna en sus informativos. Argumentó el diputado lo insólito de pedir lo que no está vigente (los decretos de Nueva Planta); señaló que la propuesta llegaba a la Cámara con 300 años de retraso, lo que resultaba una tomadura de pelo. Sobre la supuesta soberanía de Cataluña suprimida por Felipe V, recalcó que Cataluña nunca fue soberana; subrayó que Cataluña nunca existió como nación o Estado, porque en 1700 no existía el concepto de nación. En 1700, Cataluña era un Principado con instituciones propias, pero integrado en la Corona de Aragón. En cuanto a la nueva planta, un historiador poco sospechoso y solvente como Vicens Vives decía que fue un desescombro que obligó a los catalanes a mirar hacia el porvenir y Ferrán Soldevilla dice que, gracias a la nueva planta, comenzó el resurgimiento de una Cataluña agotada y deprimida. Está claro que aquello no fue una guerra de secesión, sino de sucesión, y el mayor apoyo del candidato de la Casa de Austria fue el Almirante de Castilla, no un catalán. Cuando Felipe V se casa en la catedral de Barcelona se produce una eclosión de panegíricos de poetas catalanes como Joan Bac o Ramón Costa a favor del rey. Gómez de la Serna sostuvo como “afirmación absolutamente inconcebible” la incorporación de Cataluña mediante el derecho de conquista y, sobre el derecho de autodeterminación, afirmó que Cataluña nunca fue soberana, “tampoco ahora lo es, no es sujeto de derecho internacional, ni de poder constituyente”, ni lo hubiere. Finalmente, sobre el manido asunto del expolio, recordaba que no son los territorios los que tributan, sino las personas. Como dijere Rodríguez Ibarra hace años, “tener dos lenguas no significa tener dos bocas para comer más”. Y a Mas, político de ideología liberal y nacionalista, como a Durán i Lleida, democristiano de ideología conservadora, parece habérseles ido de las manos su “senda soberanista”. “La verdad, señorías, es que al margen de la ideología de cada cual, después de escuchar los disparates que hemos escuchado hoy aquí, a uno no le extraña que el 51 por ciento de los catalanes se abstuviera en el referéndum del Estatuto y que el 5 por ciento votara en blanco.” Así iniciaba su discurso Gómez de la Serna el 2 de octubre. Y no hay “ámbito vasco ni catalán” de decisión alguno, porque  “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado” (artículo 1.2 de la Constitución Española de 1978).

jueves, 10 de enero de 2013

CUANDO UNA LUZ SE APAGA...

           Todos los días se apagan en España demasiadas luces; otras pocas se encienden. Muchas luces encendidas por las primeras perviven alumbrando a las luces de su luz. Son las luces humanas que alumbran de noche y día, que guardan para sí la luz recibida de sus predecesores y transmiten a los suyos. Frente a la luz humana, la luz artificial que también se apaga: las pequeñas luces de pequeños comercios y tiendas de toda índole. Nadie quiere estas luces, ni aún en traspaso o venta; todos recuerdan las suyas, las imperecederas luces del alma que nos dieren la luz de la vida. Se van yendo, poco a poco, estas luces con las que antes convivíamos, que nos parecieren eternas por necesidad. Convivimos con ellos años duraderos y felices. La vida nos separó para realizar nuestro propio camino y vida. Se van distanciando las visitas y los encuentros: semanales, en principio; mensuales, después. Llegan otras vidas y otras labores que atender. Tras los bautizos y bodas, sobreviene, inesperada, la hora final de la despedida. Familias, antes unidas, ahora separadas, se unen ya solo en este último adiós, el definitivo adiós de los adioses: la muerte.
 
              Hay muertes que avisan y otras sobrevenidas a la propia muerte, sin previo aviso, inesperada; la luz que se apaga cuando se apaga su otra luz en la tierra. Ya sin ánimo, sin más deseo de vida que unirse con su otra vida, ya ida, con solo fuerzas para caminar tras ella, y unirse a ella para siempre en la otra vida.
 
           Llega el  nuevo año y hacemos una llamada de felicitación. Y nos sobrecoge que una madre, en ese inesperado momento, esté velando el cadáver de su hijo en Madrid, que tan solo hubiere 35 años de vida, una luz de sus luces, apagada. Y no hay palabras de consuelo para esa madre por cuyo hijo preguntábamos el día 10 de hace un mes. Solo el tiempo logrará borrar en Charo Hernández una de las cinco luces de su vida, dos ya idas, el esposo y el hijo.
 
              Vimos, el día antes de esa fecha decembrina, también en la capital, a dos familiares con vida. El pasado domingo despedíamos al primero: Jovino Garzón Alcalá, un maestro para la vida que ejerciere en Riolobos, Dos Hermanas y Madrid.  Formó a generaciones de jóvenes en esos pueblos y ciudades; enseñó Ciencias y abrió el camino de la vida a sus tres hijas. En su pueblo iluminó las primeras luces de otros jóvenes. Tres días después volvemos a la Villa y Corte para despedir a su esposa: Victoria Jiménez Sánchez, nuestra prima por siempre, a la que sus hijas no pudieron contarle el entierro de su padre. La luz que también se va cuando otra se apaga. Y delante de su féretro, una de ellas leía su testamento vital ante sus hermanas: “Continuad vuestras vidas, hijas…” Sus padres, y ascendientes, nacieron en  Granadilla (Cáceres), el pueblo de los tres destierros, para morir en otra parte, como reza el dicho recogido por Rodríguez Moñino en su “Diccionario geográfico popular de Extremadura”. En “La Almudena”, el plomizo gris de la mañana levitaba sobre las lágrimas y las flores de la tumba que les acogiere para siempre, dos luces apagadas en la tierra, porque dejaren huellas bastantes, unidas en la luz de la otra vida del cielo que les recibiere.
 
 

sábado, 5 de enero de 2013

LA TARJETA SANITARIA ÚNICA ECHA A ANDAR

           El anuncio efectuado ayer por los nuevos dirigentes del Servicio Extremeño de Salud (SES) ha venido a dar un poco de luz al confusionismo reinante sobre el copago farmacéutico para los pensionistas implantado en julio, y la edición este mes de la primera tanda de tarjetas electrónicas, en torno a las 70.000 (véase DEX de 3 de enero: “Extremadura devuelve 345.000 euros a pensionistas”).
 
              Ante los numerosos cambios habidos en la Consejería de Sanidad y en el SES durante el año y medio del gobierno bipartito de Monago, no resulta extraño que ni los administrativos del SES sepan responder con claridad a los pacientes que acuden a ellos con la esperanza de obtener una respuesta nítida a sus demandas. Una paciente, a la que le había caducado su tarjeta, acude hace unos días a su centro de salud y pregunta. El administrativo le responde:
          -- “No se preocupe, señora. Ahora le da mi compañera un papel que vale como tarjeta”, pero que ha de renovar cada tres meses… En otra ocasión, alguien preguntó a una administrativa que cuándo llegaban las tarjetas y le respondió:
 
--“Creo que no las hacen porque no hay dinero…” (sic)
           Recientemente, en la puerta de entrada a la consulta de los médicos, un aviso firmado por “Coordinación” (¿será el coordinador del centro o el de la Gerencia de Atención Primaria?), advertía a los pacientes que deberían ir provistos de su tarjeta sanitaria para la emisión de recetas que, en adelante, no serían en papel. Entré a la consulta y, tras saludar a la doctora sustituta de mi médico, le dije:
 
--“He leído el cartel de la puerta y he de decirle que este paciente lleva esperando más de seis meses y medio la nueva que sustituya a la anterior por cambio de régimen. Por otra parte, lo último que he leído es que las comunidades autónomas no emitirían más tarjetas, ya que están a la espera de llegar a un acuerdo en la Conferencia Sectorial para emitir una tarjeta sanitaria única para todo el territorio nacional. Dígaselo usted a Coordinación de mi parte.”
           Al parecer, Coordinación se ha adelantado a los dirigentes del SES para anunciar la “buena nueva”, que no es una exigencia, sino un derecho recogido en la Constitución (artículo 43) y en la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, y que la fragmentación del Instituto Nacional de la Salud (INSALUD) dividió en diecisiete.
 
Sobre la devolución del copago sanitario, uno de los más conspicuos conocedores de la gestión sanitaria en Extremadura, junto al anterior director del SES, Ceciliano Franco, el actual secretario de Sanidad del PSOE extremeño, José María Vergeles, tan presto a madrugar en las redes sociales como a expresar su libre opinión sobre la gestión sanitaria en nombre de su partido, ha acusado a Monago de “permitir que los pensionistas adelanten el dinero de sus medicinas por encima del tope establecido, cuando existen mecanismos para evitar dicho adelanto” (véase DEX de hoy), y ha apostillado que el sistema informático para que aquellos no tuvieren que adelantar el dinero “estaba preparado desde hace bastantes meses”.
           Vergeles ha recalcado, en fin, que no se debe tomar como una victoria la devolución mes a mes, porque “los discos de facturación de farmacia llegan mensualmente a los servicios centrales del SES y se pueden comprobar sin necesidad de esperar seis meses”; pero las “pelas” de los pensionistas pueden esperar…
 
           Puede que Monago tenga al final razón: “Sin formación no hay empleo”, lo que no impide que cada día envíe a más jóvenes formados al paro y que recaude a los pensionistas lo que no puede hacer por otro lado. Y sobre la tarjeta sanitaria única interoperable en todo el territorio del Sistema Nacional de Salud, que la ministra de Sanidad de Rajoy, e insigne oradora, Ana Mato, anunció el 1 de marzo pasado que estaría a finales de 2012, ya era hora de que llegara, porque, en este caso, como en tantos otros, hemos retrocedido tantos años como los que hoy cumple el Rey desde que fuera entronizado por las Cortes franquistas (37 años, 1 mes y trece días), y ya dijo anoche que “hay camino por recorrer en la igualdad de los españoles y en la vertebración del Estado”, hoy desmembrado por tantas licencias y tarjetas como comunidades autónomas existieren, a las que Fernández Vara quiso poner coto en una conferencia de presidentes sin necesidad del Presidente…, en vano.
 
            ¿Cuánto habrá que esperar para la implantación de la tarjeta sanitaria europea, de la historia clínica digital, o para “trabajar en red como una sola unidad” o “poner freno al turismo sanitario”, que denunciara Ibarra hace más de un año. Ni Monago ni Coordinación lo saben. Lo que sí sabemos es que hay que llevar la tarjeta que no hubiéramos aún, para que nos expidan las recetas, o que “las citas para la vacunación contra la gripe se cogerán en el mostrador de la entrada”; pero, qué es eso de “cogerán”, en lugar de solicitar, pedir, gestionar, suplicar, requerir…, que en Méjico se traduce por “tener relaciones sexuales”… ¡Ay si los manitos hubieren visto aquel anuncio de Coordinación…! Ignoro por qué el SES va a su aire cuando tienen en Sanidad a una secretaria general joven, pero suficientemente preparada, como Dolores Corchero… Quizá porque utilizan como asesores a jóvenes no suficientemente preparados, aunque les den empleo; y los preparados no tienen empleo. No vincule, pues, señor Presidente, formación con empleo.