miércoles, 5 de junio de 2013

LA JUNTA Y LAS CAJAS EXTREMEÑAS



          A pocos extremeños les resulta extraño la eufórica defensa realizada por la Junta de Extremadura sobre la independencia y posición de las cajas pacenses en los SIP en que se hallaren inmersas frente a la deriva de Caja Extremadura frente a su ERE en Liberbank. Es notoriamente conocido cómo la Junta de Extremadura hubiere defendido siempre los intereses de Badajoz frente a los de Cáceres desde los empieces de la autonomía, en que la provincia, sus instituciones y personalidades, se posicionaren frente a los sucesivos gobiernos extremeños por su querencia a las tablas pacenses frentes a las cacereñas, una actitud que siempre fue considerada provinciana, antirregionalista y antigualla frente al creciente deseo unitario regional. La verdad es que aquellas voces fueron silenciadas, acalladas, postergadas, por su escaso relieve -incluida la manifestación cacereña por la autonomía provincial que reuniere a 5.000 personas en Cáceres- antes de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Extremadura en 1983. Y las sucesivas que clamaren ante la injusticia distributiva de los gobiernos regionales en favor de la provincia de Badajoz frente a la de Cáceres. Eso era pueblerino, y no molaba ante los intereses superiores del poder pacense.
              Badajoz hubiere sustentado siempre el poder ejecutivo y Cáceres, el legislativo, en un reparto no escrito, pero reiterativo, que sirviere más los intereses de una provincia que los de la otra. ¿A qué le sirve a Cáceres presidir la Asamblea de Extremadura, o tener la Vicepresidencia primera de la Junta, si la bipolaridad provincial, y los intereses no contrapuestos, favorecieren a unos más que a otros? Para nada. Así lo demuestra la historia, aunque una mayoría gobernante lo negare, incluidos los presidentes cacereños de la cosa.
              La fusión de las cajas extremeñas -Caja Rural de Extremadura, Caja Badajoz y Caja Extremadura- en sus respectivos SIP, ha puesto de relieve la importancia que el ejecutivo regional --que se hace llamar a sí mismo Gobierno de Extremadura por la gracia de Dios y no del Estatuto de Autonomía de Extremadura-- ha dado a la fusión de las cajas pacenses, olvidándose de aquella que unía el nombre de Extremadura, y a Extremadura en sí misma.
              Han tenido que recurrir sus síndicos a la Junta para que les defienda ante el ERE amenazante de Liberbank. Y la Junta sale ayer "defendiéndoles" instando al banco a revisar su reestructuración bancaria. Tarde y mal, y porque se lo han pedido a su vicepresidenta, que hubiere su primer marido en Caja Extremadura. Sin embargo, muy presto anduvo el mal llamado Gobex para evitar la absorción de Caja Rural de Extremadura por Caja Rural del Sur. Es decir, no se toleran las "extorsiones" de unos, pero no preocupan los desmanes de otros, como si Extremadura solo fuere Badajoz. Allá los cacereños con su Caja, porque, como dijo el presidente, "el Gobierno extremeño ayudará a los trabajadores de Caja Rural y Caja Badajoz". Pues faltaría más que aquí mandare Sevilla y no él... Y, así, Caja Rural de Extremadura abandono el SIP "de manera amistosa".
              Pues qué decir de Caja Badajoz, que se hiciere construir el rascacielos de la ciudad, a orillas del Guadiana, para quizás algún día tener la sede central del grupo bancario al que todos dieren su bendición un día y que quedare en agua de borrajas..., y de la posición de la Junta defendiendo a sus trabajadores a primeros de año, y amenazando con romper el SIP si sus demandas en defensa de los trabajadores no fueren atendidas... Como en el caso de Caja Rural, "un atropello sin precedentes" ante el que la Junta actuaría.
              Se le ha visto el plumero a la Junta en la defensa de las cajas extremeñas. No todos somos iguales. No parece que la Junta sea de Extremadura toda, ni menos aún un mal llamado "per se" Gobierno de Extremadura, que más gobernare para Badajoz que para Cáceres. Antes eran las escuelas-talleres; ahora, las Cajas. Y los síndicos, de peregrinación a Mérida para pedir socorro ante la que se avecina. Y amenazan con nuevas huelgas: 25-26 de junio, 30-31 de julio y 26-27 de agosto. Quizá mucho antes todo esté consumado; pero a la Junta de Extremadura y a los de Badajoz, plin..., porque no todos somos Extremadura, aunque Monago y Cristina lo prediquen. Sin abrir la boca hasta que no han ido a verle los sindicatos...
              Ayer jueves 5 había asamblea general. El secretario regional de CC OO, Julián Carretero, escribió un magnífico artículo en el que reprochaba las "malas artes" del proceso de fusión de Caja Extremadura en Liberbank, su oscurantismo, y ayer pedía la dimisión del presidente de la entidad "por no estar defendiendo a los trabajadores frente a las exigencias y abusos de la dirección"; pero se olvida que la representante de su sindicato votó a favor de los despidos. Dios los cría y ellos se juntan... Pida usted la dimisión de Víctor Bravo y, si la consigue, obtendrá una gran victoria como nunca en democracia. ¡Atrévase, guapo!, y si lo logra, le escribiré un poema al atrevimiento...

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