jueves, 25 de diciembre de 2025

LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA EN EL DISCURSO DEL REY


El Rey, durante su discurso en el Palacio Real (Foto: Casa Real)

En el cuarenta aniversario de la firma del Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas y al cumplirse el medio siglo de la transición española a la democracia, el rey Felipe VI se ha dirigido a los españoles en su tradicional discurso de Nochebuena haciendo hincapié en la convivencia democrática a través de la memoria del camino recorrido y de la confianza en el presente y en el futuro.

Desde el Salón de Columnas del Palacio Real, escenario del primer aniversario, el Rey ha recordado en su más breve discurso de Nochebuena la Transición como ejercicio colectivo de responsabilidad y el fruto del aquel impulso compartido, la Constitución del 78, nuestra integración en Europa y la transformación sin precedentes operada en la nación, que permitió consolidar las libertades democráticas, el pluralismo político, la descentralización, la apertura al exterior y la prosperidad.

El monarca ha centrado su discurso en cinco puntos fundamentales: la convivencia, los radicalismos, el diálogo, las ideas propias sin dogmas ni amenazas, y España como país lleno de iniciativas y talento.

Felipe VI ha remarcado que “la raíz de todo proyecto compartido es necesariamente la convivencia, base de nuestra vida democrática”, y ha recordado cómo nuestros predecesores fueron capaces de construirla en circunstancias difíciles; pero, al mismo tiempo, ha mencionado su fragilidad, por lo que “todos debemos hacer del cuidado de la convivencia nuestra labor diaria”, para lo que necesitamos confianza.

El Rey ha hecho hincapié en que “nos corresponde a todos preservar la confianza en nuestra convivencia democrática”, en un tiempo en que los extremismos, radicalismos y populismos se nutren de la falta de confianza, de la desinformación, de las desigualdades, del desencanto con el presente y de las dudas sobre cómo abordar el futuro. Y para ello nos ha invitado a preguntarnos, sin mirar a nadie, qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecerla y qué líneas rojas no debemos cruzar.

Y para concurrir en esa convivencia democrática, el Jefe del Estado ha apelado al diálogo, “porque las soluciones a nuestros problemas requieren del concurso, la responsabilidad y el compromiso de todos”, de respeto en el lenguaje, de escuchar las opiniones ajenas, y de la ejemplaridad en el desempeño de los poderes públicos y de situar la dignidad del ser humano, sobre todo de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y política.

En momentos de polarización de la vida política, el monarca ha subrayado que, en democracia, “las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas”, porque avanzar consiste en dar pasos con acuerdos y renuncias, pero en una misma dirección. Y ha advertido que no se puede correr a costa de la caída del otro, “porque España es un proyecto compartido”.

Finalmente, el Rey ha puesto de relieve, una vez más, que “España es un gran país, lleno de iniciativas y de talento” y que todos juntos podemos lograr nuestros objetivos si los emprendemos juntos; pero también ha significado que “cada tiempo histórico tiene sus propios desafíos” y “que los caminos fáciles no existen”, pero tenemos el activo y la capacidad de recorrerlos juntos para el gran proyecto de vida en común que es España. 


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