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| Myriam Rivero |
El salón de actos del antiguo convento de Las Claras de Plasencia, que de las Clarisas pasó a ser de las Ildefonsas en 1836, vendido tras la desamortización y resucitado a principios de los 70 del pasado siglo por los arquitectos Ignacio Feduchi y Jesús Temprano, y desde entonces centro cultural para los placentinos e investigadores, se corona por un bello artesonado mudéjar que evoca otros salones de plenos, como los de Trujillo y de la Diputación de Badajoz, ejemplo de arte e historia el primero y adornado el segundo con las pinturas de Adelardo Covarsí.
En ese salón de techo artesonado, un descubrimiento desde entonces, el alcalde de la ciudad, Fernando Pizarro, decía que la autora de la novela que se presentaba, El reinado de muerte, de Myriam Rivero (Plasencia, 1993), “era otro descubrimiento como escritora”. No era fácil llenar una sala como esa, más en una tarde de viernes, con gente de pie y fuera de la sala.
En su cuarta novela que la consagra cono novelista de la literatura negra, Myriam Rivero sitúa a sus personajes cercanos a su tierra: su reencuentro en Salamanca tras diez años de reclusión, con un asesino suelto que deja como firma una cruz de madera con un cordón negro en cada una de sus víctimas; un prestigioso bufete de abogados en Cáceres atrapado en la red de intrigas para desentrañar el caso; el inspector Iglesias, marcado por sus propias batallas internas…
--¿A qué obedece esta localización de la trama?
--El escenario de Salamanca, ya elegido en El enviado (su tercera novela), lo elegí
porque tenía una amiga estudiando allí, a la cual iba a visitar. Y Cáceres,
porque es nuestra tierra. Ciudades que conocemos, que tenemos al alcance y que
merecen ser visitadas. No pretendo atrapar al lector, sino que quienes lo lean
de fuera deseen conocer estos escenarios…
--¿Qué significado encierra la firma del asesino: una
cruz de madera con un cordón negro?
--El simbolismo religioso está presente en la novela como
parte, no solo de la psicología del asesino, sino también para mandar un
mensaje por parte de este…

El alcalde con la novelista y su hermano
--¿Cómo llegó al mundo de la literatura?
--Me ha gustado escribir desde pequeña. Escribía poemas y
relatos. Mi madre me enseñó el apasionante mundo de la lectura. Siempre se iba
a la cama con un libro entre las manos y yo la imitaba. Con 20 años decidí
escribir una novela para que mi madre pudiera irse a la cama con una de mis
obras… y así empecé a escribir, aunque de forma profesional no lo haría hasta
la tercera, El enviado.
--Sus dos primeras obras (Recuerdos hacia un destino y Obsesión) tuvo que autoeditárselas, como la mayoría de los
escritores, al no encontrar eco en las editoriales. ¿En qué género las
encasilla?
--El género de ambas son negro, Siempre me ha gustado
este género y, aunque no es el único en el que escribo, en él me muevo como pez
en el agua, es en el que me siento más a gusto y más me gustar plasmar en el
papel…
--Su tercera novela, El
enviado, supone su lanzamiento al mundo editorial al ser seleccionada en el
I Festival Octubre Negro de Madrid. ¿Supone un cambio hacia las anteriores y
por qué?
--El enviado
fue presentada a concurso para dicho festival y, aunque no gané, quedó seleccionada
entre las diez primeras novelas para el premio, por lo que la editorial se puso
en contacto conmigo para su publicación. Fue incluida en la colección de novela
negra Sed de mal… Continúa dentro de
mi trayectoria de género negro, aunque se puede considerar más como thriller
que como novela policiaca. El único cambio que supone con la anteriores es a
nivel profesional, ventas, etc.

Aspecto del salón de actos de Las Claras durante la presentación
--Por género o temática, ¿cuáles son sus novelas
preferidas?
--Devoro novela negra por doquier. Gracias a festivales o
encuentros literarios he conocido a muchos escritores del panorama español y me
gusta conocerlos no solo como personas, sino como escritores, por lo que leo
muchas obras de compañeros; pero no es la única temática que leo. También me
gusta la novela erótica, sobre todo de siglos pasados. Mi libro favorito, sin
embargo, no tiene nada que ver con estas temáticas. Mi libro favorito es Marianela, de Benito Pérez Galdós, porque
fue la primera con la que me emocioné, con la que lloré. La primera obra que
nos obligaban a leer en el instituto y con la cual no me sentía obligada, al
igual que me pasó con La Odisea…
--¿Qué se propone escribir ahora y de dónde saca tiempo
para plasmar ese mundo de ficción, tan cercano a la realidad que no es pura
coincidencia, además de atender su trabajo y a su familia?
--Estoy terminando una novela erótica, con tintes negros, pero principalmente erótica. Este año participé en un taller literario de la Universidad de Alicante, a través de Manuel Avilés, en el que creamos una novela histórica de la que soy coautora, Los confesores reales. Y esta misma semana se ha publicado un poema mío en la revista El Espejo, de la Asociación de Escritores Extremeños. Me muevo en muchos ámbitos. Sin embargo, la novela negra y la erótica son las que predominan en mi cabeza con mil ideas para futuros libros… El tiempo es mi peor enemigo. Dicen que los buenos escritores son los que escriben a diario. Dada mi situación, me es imposible; pero aprovecho los fines de semana para dedicar un rato a lo que más me apasiona, que es escribir.

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