viernes, 12 de diciembre de 2025

RAMÓN RODRIGUEZ LEAL, EL ALCALDE DE PLASENCIA, DIPUTADO Y SENADOR, QUE SE DEGOLLÓ EN 1884



    De él dijo Roque Labajos que “diputados como el Señor D. Ramón Rodríguez Leal son los que deberían venir siempre a la representación nacional y de este modo los negocios llevarían el sesgo conveniente para producir el bienestar del país”. [1] No hubiere buen final, empero, este alcalde de Plasencia, diputado y senador del Reino durante el reinado de Isabel II y el Sexenio Democrático, pasada la primera mitad del siglo XIX.

    Ramón Rodríguez Leal (Plasencia, 21/01/1821; Madrid, 14/01/1884) fue hijo de una familia acomodada de la ciudad del Jerte. Hijo de María del Rosario Martín Barbero y el diputado Joaquín Rodríguez Leal Fernández [2], se dedicó al estudio de las Matemáticas y fue discípulo de Alberto Lista. En 1837 marchó a Francia e ingresó en la Escuela Central de Artes y Manufacturas de París, donde obtuvo el título de ingeniero.

    Tras la revolución de 1854, fue elegido vicepresidente y después presidente de la Junta Revolucionaria de Plasencia.  De 1854 a 1856 fue alcalde de Plasencia. En 1856 fue nombrado diputado provincial, cargo que no llegó a ejercer por ser disuelta dicha corporación con el cambio de régimen. El 30/10/1858 fue elegido diputado por el distrito de Plasencia, cargo que revalidó el 15/01/1869.

    Tras la revolución de 1868, volvió a obtener escaño en las Cortes constituyentes, en las que perteneció a la fracción monárquica-democrática. Durante el Sexenio Democrático (1868-1874) fue senador por la provincia de Cáceres en 1871 y 1872. [3] De nuevo volvió al Congreso por el distrito de Plasencia, durante la Restauración en las elecciones de 1881.

    Se suicidó en su domicilio del número 15 de la Plaza del Progreso el 14 de enero de 1884. “Su suicidio, abrumado por las deudas, clausuró abruptamente su carrera política y frustró la de su hijo, Joaquín Rodríguez Leal Quintanilla, ingeniero de Caminos, destinado a sucederle en la influencia política que, desasistido del apoyo paterno, fracasó a la hora de establecerse en el distrito.”  [4]

    Al día siguiente, el periódico madrileño La Época, daba noticia del suceso [5] y La Correspondencia de la misma fecha insertaba su esquela. [6]

 

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[1] Vid.: Labajos, Roque: Los diputados pintados por sus hechos: don Ramón Rodríguez Leal, R. Labajos y Compañía Editores, Colección Estudios biográficos sobre los diputados elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, Madrid,  T. I, págs.. 459-460.

[2] Joaquín Rodríguez Leal Fernández, nacido en Badajoz a finales del XVIII, a raíz de su matrimonio quedó ligado a la ciudad de Plasencia, en la que falleció en 1855. Tras unos tanteos dispersos, fue procurador en Cortes por Badajoz en 1836 (3º), centró su actividad representativa en la provincia de Cáceres, por donde fue diputado en 1839, 1840,1841, 1843 (1º) y 1854 . En 1846, con la nueva ley electoral moderada, lo fue por Mérida. Dedicado a las actividades comerciales, las razones de su gran ascenso económico no dejan de presentar un cierto misterio, terreno abonado a la especulación novelesca. Casó en primeras nupcias con María  Rosario Martín Barbero. Tras doce años de viudedad, se casó en segundas nupcias con María Gámiz, de Madrid, joven de 20 años, que falleció a los pocos meses, en Sánchez Marroyo, Fernando: Estructura político-institucional de Extremadura (1808-1874), Universidad de Extremadura, Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXIX, núm. 1, 2013, págs. 178-179.

[4] Vid.: Ob. cit. de Sánchez Marroyo, págs. 178-179.

[5]  Vid.: Suicidio del Sr. Rodríguez Leal: “Grupos de curiosos a quienes la policía obligaba a que siguiesen su camino y dejasen expedita la casa número 15 de la calle del Progreso, indicaba ayer tarde que en la referida casa había sucedido alguna de esas catástrofes que casi diariamente son como nota discordante en la unísona alegría que reina generalmente entre los madrileños.

--¡Que se ha degollado!, decían algunos. --¿Quién?, preguntaban otros…

Los rumores del pueblo eran fundados.

Un hombre, sin que a punto fijo se supiera por qué, acababa de quitarse la vida.

En el cuarto segundo de la referida casa vivía una persona bastante conocida en los círculos políticos, el diputado a Cortes Sr. Rodríguez Leal, quien a las dos de la tarde recibió un documento cuya procedencia no ha podido averiguarse.

                Lo leyó, al parecer con mucho interés, lo guardó en el bolsillo interior de la cazadora que llevaba y un cuarto de hora más tarde se encerró en su despacho.

                Su familia, que estaba en las habitaciones interiores, extraño que el Sr. Rodríguez Leal no saliera, y se dirigió en su busca; la puerta del despacho estaba cerrada; llamaron, y nadie contestó; repitieron el llamamiento y el mismo silencio. Entonces los criados fracturaron la puerta.

                Un horrible espectáculo se presentó a su vista. El Sr. Rodríguez Leal estaba tendido en el suelo debajo de la mesa, en medio de un charco de sangre, con la cabeza casi separada del tronco; sobre la mesa había un estuche que contenía una navaja de afeitar y, junto al cadáver, otra navaja ensangrentada, con la cual se supone que puso término a su vida.  También se encontraron junto a la mesa dos cartas: una dirigida al juez de guardia y otra a un caballero domiciliado en la ronde de Recoletos.

                Según otras versiones, una de las cartas iba dirigida un hijo suyo.

                Nada se sabe de su contenido por haberse incautado de ella el juez del distrito de Buenavista que, después de haber practicado las primeras diligencias, ordenó la permanencia del cadáver en la casa mortuoria.

El Sr. Rodríguez Leal, persona bellísima y de honradez por todos conocida, era diputado por Plasencia y militaba en las filas del Sr. Sagasta.

Comprendemos el dolor que afligirá en estos momentos a la familia del Sr. Rodríguez Leal, y le enviamos uestro más sincero pésame.

Esta mañana circulaban rumores, al parecer bastante fundados, sobre el móvil que impulsó al suicidio, diciéndose por algunos que la causa ha sido la pérdida de intereses.” (La Época, Madrid, 15/01/1884).

[6] Vid: La Correspondencia de España, de 15/01/1884, incluía en su pág. 4, la esquela familiar a dos columnas, que decía: “El Ecxmo. Sr. D. Ramón Rodríguez Leal, ingeniero civil, discípulo de la Escuela Central de París, senador del Reino, diputado a Cortes por el distrito de Plasencia y alcalde que ha sido de dicha ciudad, etc., etc., ha fallecido el día 14 del corriente, a las 2 de la tarde. RIP. Sus hijos: D. Joaquín y Dª Dolores; sus hijos políticos, D. José de Arce y Dª Salud Martínez; su hermana, Dª Inés; sobrinos, primos y demás parientes y los testamentarios, ruegan a sus numerosos amigos que se sirvan encomendar su alma a Dios y asistir a la conducción del cadáver, desde la casa mortuoria, Plaza del Progreso, número 15, al cementerio de la Sacramental de San José y San Lorenzo en la que recibirán favor. El duelo se despide en el cementerio. No se reparten esquelas. Se suplica el coche.”


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