Ana
Hidalgo (San Fernando, Cádiz, España, 1959) se ha
convertido a sus 54 años en la primera mujer alcaldesa de París. Ana se llamó Anne, en francés, en 1973. En 2003 logró la doble nacionalidad española
y francesa. El abuelo de Ana se
marchó a Francia al terminar la guerra civil; volvió poco tiempo después con
sus hijos y esposa, que falleció durante el viaje; fue condenado a muerte y
después a cadena perpetua por el franquismo, una condena que marcó a la
familia. Veintidós años después, el padre de Ana emigró a Francia, cuando ella tuviere tan solo 2 años,
estableciéndose a las afueras de Lyon, en el barrio de Vaise, el mismo en el
que se crió el futbolista natural de Tarifa, internacional con Francia, Luis Fernández, y que jugara con la
"bleu" el Mundial de España 82, que le ganó a su país de origen la
Eurocopa del 84 y que después fuere entrenador del Athetic Club (1996-2000),
RCD Español (2003-2004) y Real Betis Balompié (2006-2007). En casa de Ana se hablaba castellano; pero Ana y su hermana fueron a la escuela
pública y, con su esfuerzo por adaptarse a la nueva realidad, poco a poco se
hizo francesa, aun sin renunciar a sus orígenes. Una nueva vida en otra patria,
que le dio un nuevo nombre y las oportunidades que no hubieren sus abuelos y
padres en la suya de nacimiento: en su España, a la que nunca ha renunciado, ni
por nacionalidad.
Ana
estudio Ciencias Sociales y Trabajo. A los 20 años ya era una de las más
jóvenes inspectoras francesas de Trabajo. Marchó a París; se estableció en el
célebre distrito 15. De la mano de Martine
Aubry --de soltera Martine Delors,
la hija de Jacques Delors, quien
fuera presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995--, antigua primera
secretaria del Partido Socialista francés y ministra de Asuntos Sociales y de
Trabajo, entre 1997 y 2002 estuvo en varios ministerios; de 2001 a 2004 fue
adjunta al alcalde de París, Bertrand
Delanoë. Es madre de tres hijos de dos matrimonios.
Representante del ala más progresista de su partido, Anne le dio ayer una alegría al
conquistar la capital, con el apoyo de Los Verdes, tercera fuerza más votada en
la primera vuelta, frente al avance ultraderechista de Marine Le Pen, al vencer por nueve puntos a la conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet, la ex
ministra y ex portavoz de Sarkozy.
París fue siempre un bastión de la derecha, que le sirvió
de impulso para conquistar el Eliseo a Chirac.
Si "París bien vale una misa" para Enrique IV, aun siendo calvinista, disfrazado de católico solo para
obtener el poder, para Anne Hidalgo
le han bastado su lema de campaña, "El París que osa", el atrevido
París, como ella, que lo ha conquistado por las dos constantes de su vida: el
progresismo de su orígenes humildes y el feminismo de su condición de mujer,
la española de San Fernando que hoy reina en París; como la emperatriz Eugenia de Montijo lo hiciere en su día
por su matrimonio con el emperador Napoléon
III (1853-1871) quien, con su belleza y elegancia, dio encanto al régimen y
fue la persona más condecorada y con más títulos nobiliarios de Francia. Como Manuel Valls (Barcelona, 1962),
ministro del Interior de Hollande
desde mayo de 2012, llamado a sucederle en la Presidencia. Como el asturiano Aquilino
Morelle, el consejero más poderoso del presidente, hijo
también de emigrantes españoles. Tan solo Induráin,
sin renunciar a su nacionalidad, había conquistado durante cinco años
consecutivos a franceses y españoles, coronándose en París campeón del Tour
(1991-1995); como Nadal, campeón de
Roland Garros en ocho ocasiones, desde 2005 hasta 2013. Ahora ha sido la
española Ana, la francesa Anne, la primera alcaldesa de París,
sin renunciar a sus orígenes españoles..., el "París que osa", el
"París que osó"..., como una nueva Juana de Arco, la doncella no de Orleans, sino de San Fernando...
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