El Rey de España, convaleciente aún de su última operación de cadera,
visitó anoche en su domicilio de Bilbao al alcalde de la ciudad, Iñaki Azkuna, que se recupera de una
caída sufrida hace una semana, que le impedirá participar hoy en el acto
inaugural del Foro Global España 2014, que se inaugura esta mañana en el Museo
Guggenheim de la capital vizcaína.
Vidas paralelas las del monarca y Azkuna. El alcalde,
médico de profesión, es regidor de su ciudad desde 1999. Antes había sido
consejero de Sanidad entre el 91 y el 99; director del Hospital de Cruces en el
81; director de Hospitales del Gobierno Vasco en el 82; director del Servicio
Vasco de Salud del 83 al 87. Tiene 71 años.
El monarca ha querido con esta visita tener un gesto
personal de "cariño
y cercanía" con el alcalde bilbaíno, a quien le une una
estrecha amistad desde hace años, tras mantener entrevistas con la directora
del Fondo Monetario Internacional y el presidente del Eurogrupo.
No olvido su nombre desde que estuve en un hotel bilbaíno,
en el que una placa recordaba que había sido inaugurado por él; pero más aún,
cuando tras ganar las elecciones en 2003, anunciaba con toda naturalidad que
tenía un cáncer de próstata, que le haría
ausentarse durante unos días de sus obligaciones para ser atendido por los
facultativos, pero decidido a arrostrar los cuatro años para los que había sido
elegido alcalde y a solucionar su "pequeño problema". Y ahí sigue,
con la misma naturalidad con que su amigo, el Rey, anunciaba que tendría que
interrumpir su agenda oficial para
pasar por el taller en noviembre de 2012. El Rey tiene 75
años y lleva
doce operaciones. Azkuna permaneció alejado
de la vida pública durante cinco meses por problemas de
salud, estuvo 82 días ingresado y sufrió tres operaciones; pero cinco meses
después, en septiembre de 2013, volvió al pleno diciendo : "¡A vivir, que
decía el otro!", para emitir su voto, imprescindible, en materia de
urbanismo; pero antes, en enero del mismo año, recibía el Premio Mejor
Alcalde del Mundo 2012, que otorga la Fundación City
Mayors, en reconocimiento a su trabajo en la transformación de su ciudad.
Recuerda esta visita, y estos hechos, a los padecidos por
el presidente Rodríguez Ibarra,
cuando sufrió un infarto
en Madrid en noviembre de 2005 y hubo de ser
sustituido por el vicepresidente en el debate sobre el Estado de las autonomías,
que se iniciaba ese mismo día en el Senado.
Ibarra también estuvo apartado un
tiempo de la actividad política. El 25 de septiembre de 2006 anunciaba su retirada
de la vida política, tras declarar que no se presentaría a
las siguientes elecciones autonómicas.
Otro tanto le ocurrió al entonces alcalde de Cáceres, José María Saponi, a quien una operación
de miastenia le tuvo veintiún días ingresado en el
Hospital Clínico de Salamanca; pero recuperado, terminó por afrontar con todas
su fuerzas el resto de la legislatura.
Ejemplos de servidores públicos comprometidos, a quienes
la enfermedad no les hizo abdicar de sus obligaciones. Al Rey, el primero. Por
eso visitó ayer a su amigo Iñaki Azkuna.
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