jueves, 21 de marzo de 2019

DOS ACEVEDO PLACENTINOS

 
            El primero, Alfonso de Acevedo (Plasencia, 1518), letrado; el segundo, su hijo Alonso, canónigo de la catedral placentina (Plasencia, 1550). Ambos han pasado a la historia de la ciudad por las obras que publicaron[1].
            Alonso de Acevedo estudió Derecho en Salamanca y escribió las siguientes obras, la primera que le fuere encargada por el rey Felipe II y que sirvió de base a la Nueva Recopilación: Comentariorum Juris Civil in Hispaniae Regias Constituciones (vol. I, Salmantiae, 1583 a 1588); Tractatus de Curia Pisana et origine (Salmantiae, 1593); Concilia XI (Vallisoleti, 1607); Aditiones ad curiam Pisanan (Salmantiae, 1593). Falleció en su ciudad natal en 1598 y dejó escrita una obra sin publicar: Idea de un nuevo Cuerpo Legal, que cita Gallardo en su Ensayo de una biblioteca española (T. I, pág. 10).
 
            Alonso M. Acevedo, poeta, estudió Teología y llegó a ocupar una canonjía en la catedral de Plasencia. Su mejor obra, según Díaz y Pérez, se titula Creación del mundo, célebre poema de Guillermo Salustio, impreso en Roma en 1615. Es un poema en octavas, dividido en siete cantos, dedicados a cada día de la creación. Lo concluyó en Roma  el 14 de febrero de 1615 y se lo brindó al conde de Castro, embajador de Felipe III ante la Corte Pontificia.

            El Canto concluye así:

            "¡Oh, feliz, a cuya lumbre pura
             No encubrirá con el nocturno manto
            De tinieblas la opaca sombra oscura.
            De horrible vista y temeroso espanto!
            ¡Oh día de descanso y de dulzura,
            Día alegre, en el cual el gremio santo,
            Del enemigo alcanzara victoria,
            Y tendrá premio de reposo y gloria!"

 
            El origen de los Acevedo proviene de Galicia, de gente de gran fama, según la tradición; pero desde el siglo XIV tomaron carta de naturaleza en Extremadura. Un poeta describió en la siguiente octava el origen del apellido:
            "Acevedo es un can hermoso, atado
            A un árbol, y es el árbol un acevo.
            Verde el árbol y el campo colorado.
            Mas amarillo y blanco, el lebrel nuevo;
            De los que assi se llaman se ha hallado
            En Galicia de su nido el primer huevo.
            Se ve allí la raíz, acá la rama.
            De aquesta gente noble y de gran fama."
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[1] Vid.: Díaz y Pérez, Nicolás: Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico  de autores, artistas y extremeños ilustres, Pérez Boix Editores, Madrid 1884. Biblioteca de la Universidad de Extremadura.

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