martes, 25 de diciembre de 2018

CONCORDIA Y FUTURO EN EL DISCURSO NAVIDEÑO DEL REY


           El quinto mensaje navideño del rey Felipe VI, dirigido a los españoles en Nochebuena, ha tenido como ejes fundamentales el recuerdo a los valores encarnados en la Constitución de 1978, cuyo 40 aniversario celebramos este mismo mes: la democracia y la libertad que garantizan la convivencia; ha apelado a ayudar a los jóvenes "a construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y salario dignos" , ante los serios problemas que se les presentan en la actualidad. Y, finalmente, sin aludir expresamente a los problemas de la actualidad española, ha hecho una llamamiento a asegurar la convivencia, "la obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes".
           En un breve discurso de 10 minutos y 50 segundos de duración, el Rey ha recordado a quienes viven una situación difícil por razones personales, económicas y sociales; a quienes están lejos de su hogar y de su familia, a los que ha deseado que "todas esas circunstancias queden pronto atrás" y se ha referido a la violencia contra las mujeres, de tan triste actualidad, "que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida".
            Al recordar el 40 aniversario de la Constitución, el soberano ha evocado los principios que la inspiraren, pensando en el presente, y también en el futuro, en las generaciones más jóvenes, que han sido el fundamento, base de nuestra libertad y de nuestro progreso de las últimas cuatro décadas: la reconciliación y la concordia; el diálogo y el entendimiento; la integración y la solidaridad. En este punto, el Rey ha memorado el valor de trabajar juntos y unidos, pensando en nuestro país y su futuro, por la voluntad de los líderes políticos, económicos y sociales de entenderse, a pesar de su distanciamiento en ideas y opiniones. A todos, recalcó, les unió un claro objetivo: la democracia y la libertad en España y ha hecho un llamamiento para que no se pierdan esos principios ni se olviden, "para que las reglas que son de todos, sean respetadas por todos" para, de esa manera, asegurar nuevas décadas de progreso y avance.
            El Jefe del Estado ha hecho hincapié en su mensaje en la deuda que la sociedad española tiene hoy con los jóvenes y en la responsabilidad con su futuro, aunque las circunstancias no sean las más fáciles. "Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios. Y os tenemos que ayudar a que podáis construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y salario dignos, a tener un lugar adecuado donde vivir."  Y en este sentido, ha apelado a la responsabilidad de toda la sociedad de contar con ellos para seguir construyendo un país mejor, más creativo, más dinámico y siempre en vanguardia; una España más cohesionada socialmente y más comprometida con la igualdad real entre hombres y mujeres.
            Finalmente, el Rey ha defendido que los principios y valores que compartimos con otras democracias de nuestro entorno nos invitan a asegurar en todo momento nuestra convivencia, basada en el respeto a las personas, a las ideas y los derechos de los demás, incompatible con el rencor y el resentimiento, "porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan".  Para el monarca, la convivencia, superadora de los grandes problemas y de las injusticias, nunca puede nacer de la división ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante desafíos y dificultades; una convivencia que exige el respeto a la Constitución, que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades, "y que es la obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes"
            Por último, el Jefe del Estado ha animado a los españoles a seguir adelante con esperanza y confianza en el futuro, porque todos podemos hacer mucho por el bien común y superarnos, sumando nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor, "porque los españoles lo merecemos" y porque debemos ser conscientes de la nueva realidad que nos impone el siglo XXI y ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España.
            Un mensaje, en fin, en el que no se puede decir más en menos; para todos sin distinción alguna, para la reflexión de presente y para la agenda del futuro. Algunos dirán ahora que no ha hablado de los problemas del país, como si no los supiere ni conociere; pero ha dejado entrever entre líneas lo que debe hacerse, porque el Rey reina, pero no gobierna, y arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones (artículo 56 de la Constitución). Corresponde a las fuerzas políticas y sociales, a los españoles todos, seguir la senda marcada y hacer realidad los propósitos enumerados, que no son pocos y sí muchos por resolver.

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