sábado, 29 de diciembre de 2018

MICROPLÁSTICO, PALABRA DEL AÑO 2018

        
                La Fundación para el español urgente (Fundéu-BBVA) ha designado microplástico como palabra del año 2018. Como decíamos ayer, el sustantivo microplástico designa los fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros. Con este término se designan las pequeñas piezas de plástico (menores de cinco milímetros, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) que, o bien se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleadas, por lo general, en productos de limpieza e higiene, o bien se han fragmentado de un plástico mayor en su proceso de deterioro. De acuerdo con la regla de prefijos establecida por la Academia, microplástico se escribe con una sola palabra, sin dejar un espacio ni intercalar un guion, ya que los prefijos como micro, se escriben unidos a la palabra, a la que acompañan cono norma general. Así, es fácil ver el siguiente titular en un periódico: "El Ártico, destino de los microplásticos que se vierten en las costas". Su presencia en la arena de la playa, en los organismos de los animales, en la sal marina que consumimos y hasta en el agua que bebemos ha hecho saltar las alarmas y ha obligado a poner en marcha medidas para reducir el consumo de los plásticos de un solo uso, responsables en buena parte del problema, según Fundéu.[1]
 
           Según el director general de la Fundación, Joaquín Miller, "cuando hace unas semanas empezamos el proceso para elegir las doce candidatas a palabra del año 2018, nos encontramos con que, sin pretenderlo, la mayoría de los términos que nos parecían más adecuados del año que acaba eran del ámbito social (mena, los nadie, micromachismo) o del medioambiental (microplástico, descarbonizar, hibridar...) Además de las grandes cuestiones políticas o económicas, todos estamos volviendo a otros asunto de enorme trascendencia que a veces quedan eclipsados por otros grandes titulares en los medios de comunicación. Así que no es raro que entre las candidatas a palabra del año hubiera varias de ese ámbito ni que la que finalmente elegida haya sido microplástico", señala Muller.[2]
            En efecto, el gran público hubiere apostado por VAR, --aunque no sepan definirlo, pero saben lo que es--, hibridar, arancel o nacionalpopulismo, por su despegue en determinados países de la UE, incluido el nuestro.
            Ya en la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018, la oceanógrafa estadounidense Sylvia A. Earle (Gibbstwon, Nueva Jersey, EE UU, 1935), premio Princesa de Asturias a la Concordia, --licenciada por la Universidad de Florida y doctorada en la de Duke-- -se dirigía en su discurso de aceptación a "los conciudadanos del único planeta oceánico, la Tierra", y alertaba de que "la mayor era de las exploraciones está comenzando. La mayor parte del océano nunca se ha visto y mucho menos ha sido explorado. Ahora sabemos que el océano es el motor del clima y las condiciones meteorológicas, genera la mayor parte del oxígeno en la atmósfera, absorbe gran parte del dióxido de carbono de esta, inducida la química del planeta y es el hogar de la mayor parte de vida en la Tierra. El océano posee el 97 por ciento del agua de la Tierra. Las nubes rugen del mar y el agua vuelve a la Tierra como lluvia, nieve y granizo. Mediante cada inspiración que realizamos, mediante cada gota de agua que bebemos, todos estamos conectados al mar... El océano es la piedra angular de nuestro sistema de soporte vital. Sin océano, no hay vida. Sin azul, no hay verde. Un océano con problemas, significa que nosotros tenemos problemas" y advertía: "Lo que estamos echando al océano, millones de toneladas de basura, plásticos desechables, productos químicos tóxicos, el exceso de fertilizantes y pesticidas, está cambiando la química del mar... La buena noticia es que, por primera vez en la historia, podemos observar, calcular, medir y comprobar no solo cómo estamos dañando la Tierra, sino también lo que se puede hacer para curar el daño y hacer las paces con la naturaleza, una clave fundamental para hacer la paz con nosotros mismos... Nunca más habrá una oportunidad mejor para actuar, ahora que todavía estamos a tiempo..." [3] El premio le fue concedido por el jurado "por su dedicación durante más de seis décadas a la exploración e investigación de los océanos, el conocimiento de los fondos marinos y la conservación integral de los mares, que se ha convertido en uno de los desafíos más importantes de nuestro tiempo".
            En el mismo sentido, National Geografic ha alertado también de que "el pescado y el marisco que degustamos no es inmune a la omnipresencia del plástico. Cada año entre cinco y trece millones de toneladas de plástico llegan a nuestros mares desde el litoral. El sol, el viento, el oleaje descomponen ese material en pedazos más pequeños que el plancton, los peces y hasta las ballenas confunden con comida" [4] Millones de toneladas de plástico se tiran al mar y acaban convertidas en micropartículas tóxicas que contaminan los alimentos y no puedes evitarlas.[5] De otro lado, es sabido que los residuos que se vierten al mar causan la muerte de muchos animales "y los fragmentos plásticos ingeridos bloquean el tracto digestivo de aves, peces y mamíferos marinos (especialmente en ballenas), que pueden morir por desnutrición o roturas gástricas".[6] Con razón, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte que el reciclaje de plásticos no ha alcanzado todo su potencial y en el planeta solo se recicla el 15 por ciento de los residuos plásticos, el 30 por ciento en la Unión Europea, a pesar de que el plástico supone un grave peligro para el medio ambiente, porque permanece en el entorno durante siglos. [7] Por algo, la Unión Europea ha prohibido a partir de 2021 los platos, cubiertos, bastoncillos y pajitas de plástico, [8] con el fin de reducir su impacto en el medio ambiente y ayudar a que desaparezcan sus desechos en las playas europeas.
            Nunca es tarde si la dicha es buena; si la palabra del año que termina sirve para concienciarnos no solo del reciclaje del plástico, sino de desechar su uso para que no vuelva a nuestro organismo. Se ha comenzado por las bolsas y vendrán medidas más duras.
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[1] Vid.: Microplástico, palabra del año para la Fundación Fundéu-BBVA, en Fundéu-BBVA, buscador urgente de dudas, de 29/12/2018.
 
[2]  Ob. cit.
 
[3]  Vid.: Discurso de Sylvia A. Earle, premio Princesa de Asturias de la Concordia 2018, Teatro Campoamor de Oviedo, 19/10/2018, en la web de la Casa Real, Fundación Princesa de Asturias.
 
[4]  Vid.: Elizabeth Royte, en National Geografic, Ciencia, de 21/06/2018.
 
[6]  Vid.:  Longás, Heber:  Cómo la basura plástica amenaza a la fauna marina, en El País, de 02/11/2016.
 
[7] Vid.: El reciclaje de plásticos no alcanza todo su potencial afirma la OCDE, en Efe Verde, de 04/06/2018.
 
[8] Vid.: El Economista/ Europa Press, de 19/12/2018.


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