sábado, 1 de diciembre de 2018

POR TIERRAS DE LA CUMBRE


           La historia y arte de La Cumbre es el objeto de la nueva obra del cronista oficial de Trujillo, José Antonio Ramos Rubio, en colaboración con su colega de Casas de Don Antonio, Óscar de San Macario, que, en palabras del también historiador y cronista oficial de Navalmoral de la Mata, Domingo Quijada, "es un compendio histórico-artístico de La Cumbre hasta nuestros días". [1]
           El medio natural.-La Cumbre es un municipio situado en el punto más elevado de una llanura al oeste de Trujillo, bañada por el Gibranzos y el Magasquilla. Su término municipal tiene una extensión de 114,43 kilómetros cuadrados y el casco urbano está situado a 440 metros de altitud. El territorio forma parte del macizo paleozoico en el que se inserta Extremadura, formado por pizarras que se originaron tras la deposición de sedimentos en los fondos marinos durante el Precámbrico y a lo largo de toda la Era Primaria. La acción erosiva del Tajo dio lugar a una cuenca con un relieve abrupto, surgiendo los riberos, donde la desaparición del bosque dio lugar a la presencia del matorral, con especies representadas entre las que se encuentran las jaras, tomillos, cantuesos, espacios aprovechados para cabras y ovejas. El municipio recibió el nombre de La Cumbre por la posición que ocupa en la cima de una meseta divisoria de las vertientes de los ríos Magasca y Gibranzos. La localidad conserva viviendas populares con encanto, producto de las influencias tradicionales propias de un determinado ámbito; es eminentemente agrícola y ganadera y conserva en muchos de sus barrios la típica arquitectura con las peculiaridades y materiales propios de la zona. Algunas edificaciones populares tuvieron su uso durante la Revolución Industrial, concretamente la fábrica de carros y carretas, única en el entorno, a la que acudían todos los pueblos cercanos para arreglar o construir su carretas. También, hasta la comercialización estandarizada de las bebidas embotelladas, existió en el pueblo una fábrica de gaseosas. Asimismo, la fábrica de luz y la de harina fueron importantes en el desarrollo del municipio.
            La historia.-En el entorno de La Cumbre se han localizado importantes restos arqueológicos pertenecientes a la Protohistoria. Las primeras aglomeraciones en la penillanura trujillano-cacereña datan del Neolítico. Habitaban en cuevas como las de Maltravieso o El Conejar, en Cáceres; pero también en asentamientos al aire libre, cuyo ejemplo más representativo en la zona de Plasenzuela es el poblado del Cerro de la Horca, descubierto entre los años 1984 y 1988. En la finca El Carneril se encontraron en los años 70 del siglo XX dos estelas decoradas de las Edad del Bronce. Las excavaciones del profesor González Cordero afloraron cerámicas correspondientes a los niveles más antiguos del Cerro de la Horca como neolíticas. En la Sierra de la Pepa (La Cumbre), el citado profesor estudió un interesante ejemplo del Calcolítico inicial: un amurallamiento constituido por un doble alineamiento ortostático relleno de piedras en su interior, típico cerramiento de la arquitectura calcolítica de la Península Ibérica. En otro de los poblados de la Cumbre, en Los Castillejos, se aprovechó gran parte de una elevación para construir la muralla con un bastión inferior, que sirve de refuerzo defensivo a la primera línea del baluarte. Este poblado es uno de los yacimientos más peculiares de la Alta Extremadura de la Edad del Cobre. La I Edad del Hierro no supuso un cambio sustancial en estas comunidades y siguieron su andadura sin grandes contratiempos. En el antiguo camino de La Cumbre a Plasenzuela se ha localizado un poblamiento que estuvo ocupado desde el Calcolítico hasta la caída del Imperio Romano a juzgar por los numerosos restos hallados en su superficie. Hace veinticinco siglos que esta tierra fue ocupada por los vettones, uno de tantos pueblos en el siglo V a. C. El asentamiento romano en la zona se inició en el año 218 a. C., aunque a estas tierras no le afectó hasta algo más tarde. De la I Edad del Hierro se conocen pocos datos de La Cumbre y su término, ya que las escasas prospecciones arqueológicas realizadas en sus yacimientos no han arrojado materiales significativos, ni tampoco en la subsiguiente II Edad del Hierro. La actividad minera del área se remonta hasta la Edad del Bronce, pero no será hasta la época romana cuando se lleve a cabo una sistemática explotación de los recursos minerales, que han arrojado un importante material arqueológico. El hábitat antiguo y altomedieval en la zona estaba vertebrado, según los autores, en torno a núcleos relativamente pequeños, compuestos por distintos focos de hábitats. La mayoría de estos asentamientos fueron abandonados durante la ocupación musulmana, pero posteriormente serían ocupados y cristianizados por los nuevos colonos procedentes de los reinos castellano y leonés. Durante el proceso de descubrimiento y colonización de América, algunos hijos de La Cumbre participaron en la conquista de México. El municipio fue vendido en 1579 por orden del rey Felipe II, y comprado por D. Pedro Barrantes, quien la hizo villa. A la caída del Antiguo Régimen, la localidad se constituye en municipio constitucional de Extremadura, entonces conocido como Cumbre, integrada desde 1834 en el partido judicial de Trujillo.

           Las manifestaciones artísticas.-El palacio de Pedro Barrantes se encuentra en la calle Palacio, quien adquirió el pueblo en el siglo XVI, le dio el título de villa y transformó la picota en un rollo jurisdiccional. El edificio más importante de la localidad es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. La ermita de San Gregorio, a las afueras del municipio, aparece en el Interrogatorio de la Real Audiencia de 1791. Frente a la ermita se encuentra una cruz pétrea, además de otras interesantes que se conservan. Los puentes en el territorio son verdaderas obras de ingeniería y elementos de arquitectura vernácula que han servido de unión entre distintas culturas y han facilitado el paso de tropas y ganados trashumantes a lo largo de la historia. Otro de ellos es el conocido como La Puente, sobre el río Gibranzos. El puente de las Maleznas, en el cordel de Trujillo a Ruanes. Por último, sobre el arroyo Ruanejos, se alza un puente, próximo a un asentamiento romano. Entre las obras antiguas hay que destacar también la Casa Palacio de Magasquilla de los Álamos, del siglo XVI; la Matilla de los Almendros, situada cerca de la carretera que va desde Trujillo a Cáceres; y el conjunto residencial de Las Alberguerías, centro de espiritualidad durante varias décadas.
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[1] Ramos Rubio, José Antonio y  De San Macario Sánchez, Óscar: Por tierras de La Cumbre. Historia y arte. Edit. TAU, Cáceres,  2018, 101 págs.

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