lunes, 25 de mayo de 2015

UN CAMBIO ESPERADO

 
           El resultado de las elecciones celebradas el domingo ha supuesto el esperado cambio político que se preveía: el desplome del PP, aun siendo la fuerza más votada; la pérdida de trece puntos de los dos partidos mayoritarios respecto a las elecciones de 2011, que pronosticaban el fin del bipartidismo; la posible pérdida de ciudades y comunidades emblemáticas, como Madrid, Barcelona y Valencia, han supuesto un cambio político signado por la pérdida hegemónica del PP, el avance socialista y la consolidación de los partidos emergentes como nuevas fuerzas que han venido a sustituir a UPyD, en clara desbandada, y a IU.
          En Extremadura, el cambio se opera, en primer lugar, en la Comunidad Autónoma, en la que el PSOE, con 30 diputados en la Asamblea, repite el mismo de 2011, quedándose a tres diputados de la mayoría absoluta; el PP pierde cuatro y se queda en 28; y entran Podemos con 6 y Ciudadanos, con 1 (menos de lo que se le suponía), al tiempo que desaparecen IU y los regionalistas.
          Si en 2011, el PSOE perdió la gran mayoría de la que gozaba por la crisis y la gestión de Zapatero, lo mismo podría decirse en esta ocasión del resultado: Monago ha perdido por su arrogancia, soberbia y ocurrencias, además de por sus mentiras y "monagadas", como la última de enseñar en los colegios el hip-hop;  y el PSOE gana por su humildad y el trabajo bien hecho, en silencio. IU y los regionalistas pagan con su derrota el apoyo de los primeros al PP y las alianzas rotas con unos y otros en la pasada legislatura, además de por la irrupción de los emergentes. El bipartidismo no se rompe por una notable diferencia sobre sus más directos rivales (el ejemplo más nítido es Almendralejo, donde solo el PP y el PSOE se reparten el poder); pero la política de pactos de los próximos días puede hacer perder al PP gran parte de su poder territorial en comunidades y ciudades.
          Es significativa la pérdida de las mayorías absolutas de que gozaba en la región el PP en ciudades importantes: Mérida capital, Don Benito, Olivenza, Navalmoral de la Mata o Zafra, donde los populares la pierden en favor del PSOE, mientras que mantienen la mayoría en Cáceres y Badajoz, con pérdida de la mayoría absoluta de la que gozaban (en la primera gana con 11 de los 16 que tenía; y en la segunda gana por 13 de los 17 anteriores). En la capital cacereña el PSOE logra 8, mucho más de lo que les daban las previsiones más optimistas; y entra Ciudadanos, con 4, y CAC (Cáceres eres tú, en alianza con Podemos), con 2. En Badajoz, el PSOE suma un nuevo concejal (9 frente a los 8 anteriores) y entran Recuperamos Badajoz, aliados de Podemos, con 3; y Ciudadanos con 2. En Plasencia, el PP continúa con su mayoría absoluta (11), aunque pierde dos concejales; y el PSOE suma 1 a los que tenía (7). En Don Benito, el PSOE, liderado por el exconsejero José Luis Quintana, le arrebata la Alcaldía al PP de Mariano Gallego tras veinte años, con 13 concejales por 8 del PP; en Villanueva de la Serena, Miguel Ángel Gallardo amplía su mayoría con 15 concejales, dos más que en la anterior legislatura, frente a los 5 del PP. En Almendralejo, solo obtienen representación el PP (13) y el PSOE (7). En Olivenza, el PSOE recupera la mayoría, con 8 ediles frente a los 6 del PP. En Navalmoral gana el PSOE, con 6 concejales, empatado con el PP, pero con el voto muy fragmentado: nada menos que siete partidos en el hemiciclo, por lo que serán necesarios los pactos. En Zafra, el PSOE, con 9, desbanca al PP, que se queda con 6. En Trujillo y en Coria, el PP mantiene la mayoría absoluta, en la primera ciudad con 8 y en la segunda con 10, mientras el PSOE se queda a medio camino.
          Monago ya dijo esta madrugada que solicitará al comité de su partido la abstención para dejar gobernar a la lista más votada, como venía predicando. Vara ha manifestado sus primeros propósitos: erradicar la arrogancia; anteponer la ética pública frente a la estética; la decencia y la humildad; acabar con la pobreza alimentaria y energética; que la cuna y la cuenta corriente no marquen la vida de la gente; reunirse en breve con empresarios y autónomos para delinear el futuro; y algo que ha venido repitiendo en la campaña: que no acepta que haya dinero para rescatar a los bancos y no para las personas. Álvaro Jaén saluda  el "cambio que ha empezado" (estábamos en Europa, ahora en la Asamblea y el siguiente objetivo será la Moncloa), aunque no se siente satisfecho, porque salía para ganar. María Victoria Domínguez (Ciudadanos) se sentía satisfecha con el diputado logrado en la Asamblea y con los 28 concejales en la provincia de Cáceres, y tres mayorías, una absoluta; además de los siete en la provincia de Badajoz, dos de ellos en la capital de la provincia.
          El cambio ha empezado. Tendrá que desarrollarse en los próximos días y se verá en las legislativas. Los ciudadanos no han perdonado, ni entendido, la política de recortes del PP, que ha llevado a las clases medias y bajas a cambiar un escenario de poderes absolutos por otro en el que el diálogo y los pactos se aproximen más a las necesidades del pueblo y el futuro de Extremadura y España.
 

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